Dominio del Linze, la nueva bodega que los hermanos Lucendo han proyectado en Valdepeñas, comenzará a construirse después del verano, con la intención de que la instalación esté en funcionamiento y trabajando para principios de 2026. Después de tres años de trámites burocráticos y medioambientales, los promotores de la idea acaban de conseguir -hace apenas un par de semanas- el permiso de obras. En esta nueva bodega, ubicada a poco más de un kilómetro de la salida de la localidad en dirección al paraje de El Peral, se centralizará toda la elaboración valdepeñera de Selección Lucendo a partir del próximo año.
Reencuentro con el mundo del vino
Será una pequeña bodega, levantada en torno al concepto de bodega-boutique, con una producción de unas 100.000 botellas, muy enfocada al enoturismo. Un aspecto que los hermanos Lucendo quieren trabajar a fondo. “Queremos potenciar en Valdepeñas ese reencuentro con el mundo del vino, que se ha perdido mucho”, comenta Rafael Lucendo a Lanza.
Para ello van a contar con una parcela de 45.000 metros cuadrados, de los que la bodega, rodeada de viñedos de las variedades syrah y chardonnay, ocupará aproximadamente unos 1.400 m2. Fieles a su filosofía de “intentar recuperar lo viejo, porque hacer algo nuevo es relativamente más fácil”, señala Rafael, han optado por dar una nueva oportunidad y uso a una antigua nave de carpintería en desuso.

Salas de catas, wine bar, tienda…
El proyecto, con una inversión prevista de en torno a un millón y medio de euros, contempla dedicar una importante parte del recinto a zona de elaboración y crianza, en la que habrá tinajas, barricas, depósitos de acero inoxidable y laboratorio, y otra “muy importante también” irá destinada al enoturismo. Esta contará con dos grandes salas de cata para grupos, un wine bar y una tienda, en la que la idea es “tener algo diferente de mercado local”. No sólo alimentación, sino también artesanía u otros géneros de la zona. “Nuestra mentalidad es de desarrollo local, dar a conocer nuestros productos, nuestra población, impulsar nuestro mercado. Es la filosofía que tenemos”, subraya Rafael.
Más allá de centralizar la producción de Selección Lucendo, Dominio del Linze nace, así, con la intención de ser “un punto de encuentro de cara al enoturismo”. Un lugar donde “compartir con la gente, para que conozca nuestras producciones, el viñedo, cómo se elabora con técnicas de hace 200 años…”. La idea que tienen los hermanos Lucendo pasa por “mostrar y enseñar las diferentes elaboraciones a quien quiera participar y venir a verlo”, dice Rafael.

Cuatro generaciones haciendo vino
Dominio del Linze es un paso más en la vinculación de la familia Lucendo con la elaboración del vino, después de cuatro generaciones. Federico y Rafael pusieron en marcha Selección Lucendo en 2016, un proyecto desde entonces en expansión que apuesta “por la tradición más artesanal”, bebiendo de la usanza y estilo familiar.
Las raíces se encuentran en la Bodega César Lucendo Asensi, que su bisabuelo fundó en Argamasilla de Alba en 1919, y en la que también trabajó el abuelo, César, hasta que la Guerra Civil obligó al cierre. Jesús, hijo de César y padre de Federico y Rafael, retomó el hacer en Valdepeñas. Además de profesor de enología del IES Gregorio Prieto durante más de 30 años, trabajó como enólogo y consultor de varias bodegas locales y fue socio fundador de Bodegas Arúspides, en los años 90.
Margot Loquer, responsable de Márketing y Ventas de Selección Lucendo, explica de este modo la historia familiar desde Once Ánforas. Situada en la Avenida de Gregorio Prieto, y con una cueva centenaria de tinajas, es la tienda gourmet y cara visible del negocio, así como centro actual de la actividad enoturística en Valdepeñas de la marca, que cuenta ya con ocho referencias de vino y un vermut. Entre ellas Linze, la más conocida, y de la que toma el nombre la nueva bodega.

Del primer Linze al último ‘orange wine’
El primer Linze, cuenta Loquer, comenzó a gestarse alrededor de 2005, cuando Federico y Rafael empezaron a madurar la idea de ir adquiriendo viñedos propios, viejos, preferiblemente de variedades autóctonas. Así es como se hicieron con una parcela de 1880 en Quero de donde nace Linze, un vino elaborado en tinaja, ensamblaje de dos uvas, la tinto Velasco (casi desaparecida) y la syrah, el primer Selección Lucendo.
El último en salir al mercado, el pasado noviembre, ha sido Dédalo Pieles. Un vino de añada 2021 que elaboran en cuatro tinajas enterradas en una parcela de Quero. “Es algo muy especial”, dice Loquer, “somos los únicos en tener esto en Castilla-La Mancha”. Es un ‘orange wine’, una tendencia que se lleva viendo en el mercado desde hace unos cinco años, según la responsable de Márketing y Ventas de Selección Lucendo, y que coincide con el “movimiento más artesanal” de elaboración de los vinos. Algo que entronca, también, con la mayor concienciación del consumidor “hacia qué voy a ingerir, no sólo a nivel de alimentación, sino también de vino”, como una parte fundamental de la cultura gastronómica. De ahí se relaciona el mayor interés por los vinos más naturales y menos intervenidos. “El tipo de consumo ha cambiado muchísimo”, asegura Loquer, quien en el contexto de esta moda anuncia que Onde Ánforas prepara ya para mediados de junio una cata de ‘vinos naranjas’.
