También tener temple, carácter para cuando vienen las cosas mal dadas seguir intentándolo, además de un buen estado físico, buen equilibro, agilidad y fuerza para manejar el caballo, destaca Marcos Núñez García Delgado, jefe de pista en el 55 Campeonato Hípico Nacional de Saltos que se celebra en las instalaciones deportivas del Larache.
Todo ello sin olvidar la fundamental relación con el caballo, conseguir que colabore. “Puede hacerlo obligao pero siempre se hace peor que por voluntad propia”. Hay que trabajar “su cabeza, que estén felices, con ganas de trabajar” y terminen siendo un todo los dos, que el animal tenga “confianza, fe en el jinete”.

Es preciso que “el caballo tenga capacidad de hacer las cosas pero también que el jinete sea capaz de sacarle lo que lleva dentro, darle toda la opción de proyectarse”, expone Núñez, que califica la cita ciudarrealeña, de carácter nacional con cuatro estrellas, como un “concurso con tradición y sabor, con el encanto de los concursos con muchos años y la creciente presencia de público gracias a las apuestas”. También considera que es “cómodo por el horario”, caracterizándose por ser las pruebas puntuables para el ránking nacional de noche con luz artificial, gracias a que cuenta con instalaciones preparadas para ello, y el buen estado de la pista de competición con arena silícea buscando firmeza y elasticidad, de manera que el caballo no se haga daño al saltar.
“Valientes para saltar a la vez que respetuosos”, sin rozar los obstáculos, deben ser los en torno a un centenar de caballos que compiten en este concurso, en el que, en cada prueba, se rediseñan los recorridos que tienen entre diez y trece obstáculos, algunos dobles y triples. Cada jornada comienza con las pruebas territoriales, con las que se cuida de la cantera, que dan paso a las apuestas de las puntuables a nivel nacional, finalizando cada noche con la prueba estrella que el lunes fue de un metro veinte, este martes de uno treinta y el miércoles de uno cuarenta y cinco de altura y uno sesenta de ancho.

La afluencia de público también ha ido creciendo, ya que si el domingo fueron unas mil personas las que acudieron a presenciar el concurso, el lunes se llegó a los mil doscientos espectadores, alcanzándose en las apuestas un máximo dividendo de 198 euros en la gemela de tres euros. Hugo Álvarez Amaro ganó la ‘prueba grande’ del domingo y Emilio García Torres la del lunes.
Se trata de un concurso “maravilloso”, con éxito de participación y público y muy característico por ser de noche con una buena luz artificial en la pista de competición, apreció Sara Ruiz, jefa de los comisarios, que abogó por incorporar mejoras como zonas de sombra en la pista de ensayo y mayor iluminación en la de las cuadras.