La Virgen del Prado, de blanco y oro con el manto ‘de la coronación’ que donó a finales de los años sesenta Elisa Cendrero, ha deslumbrado en este 15 de agosto de 2024 con una procesión muy especial, que ha conectado a la Ciudad Real de hoy con su pasado a través de la música.
Hace cien años, en 1924, la patrona de Ciudad Real procesionó por las calles del centro por primera vez, el mismo 15 de agosto en el que se estrenó el himno de la Virgen, compuesto por Cristina de Arteaga (defensora de la fe católica y monja jerónima), por encargo del ‘obispo mártir’ Narciso Estenaga, asesinado en las primeras semanas del golpe de Estado que desencadenó la Guerra Civil en 1936.
El obispo Estenaga, beato de la Iglesia desde 2007, ha sido protagonista de la procesión de este año por su contribución a realzar el día central de la fiesta mayor de Ciudad Real y promover la consagración de la ciudad a la Virgen. Para ello, la hermandad ha instalado un altar en su memoria en los Jardines del Prado, en un tramo del recorrido procesional.
El himno a la Virgen en la plaza Mayor cien años después
La procesión ha llegado a su cénit a las 23.00 horas en la plaza Mayor. A esa hora ha entrado el paso de la Virgen, recibido por el himno de España. El palio y la comitiva más cercana han parado bajo el balcón central del Ayuntamiento, la hermandad ha recordado la escena que se vivió en la plaza hace cien años, en 1924, y la soprano Patricia Gozalo, acompañada por el organista de la catedral, Pedro Pablo López, ha interpretado el himno, como aquel 15 de agosto de 1924. Han caído pétalos de rosa desde la balconada municipal y Gozalo ha entonado la primera estrofa: “Santa María del Prado, reina de Ciudad Real, a quien siempre han invocado sus hijos con fe filial, libranos de todo mal”.
Todo el acto ha discurrido entre vivas a la Virgen del Prado y a Ciudad Real seguido por mucho público, aparte del cortejo procesional. La comitiva ha seguido su camino tras esta simbólica parada hasta entrar en la catedral, sobre las doce de la noche de un largo día.
La procesión de este año ha tenido otra novedad: por primera vez hermanos y hermanas de la Virgen, en igualdad de condiciones y derechos, han procesionando mezclados, en orden de antigüedad, sin distinciones entre Hermandad y Corte de Honor, tras la reciente fusión de ambas corporaciones en una sola Hermandad y Corte de Honor de Nuestra Señora la Virgen del Prado Coronada de Ciudad Real.
El paso de la Virgen ha estrenado la renovada bambalina delantera del palio, una pieza artesanal de excelente factura diseñada por Álvaro Abril y confeccionada Málaga. La exquisita decoración floral la ha preparado el grupo de la mayordomía de la hermandad y está elaborada con astilbe rosa, rosa inglesa, rosa capuccino, rosa mother of pearl, astrantia, lisianthus, orquídea culymbidium, delphiniun rosa, clavel calamel, orquídea gloriosa, clematis, rosa ramificada rosa, limoniun coral, esparraguera plumosa dorada, cyrtonium, pittosporino.
Miles de personas alumbrando en la noche de la devoción
La Virgen del Prado ha vuelto congregar a miles de personas en la noche de agosto dedicada a la devoción y la tradición en la semana grande de Ciudad Real, con una procesión que tras salir de la catedral recorre por este orden las calles: Azucena, Estación Vía Crucis, Toledo, Calatrava, Paloma, Cuchillería, Plaza Mayor y Prado. En la comitiva miles de personas, muchísimas alumbrando delante de los miembros de la hermandad que tras la fusión se han convertido en el grupo religioso más numeroso de la capital, con unos 2.600 componentes.
Entre los penitentes, algunos descalzos en un acto de contrición ante la Virgen, y mucha diversidad, como lo es la sociedad ciudarrealeña del siglo XXI con cerca de 76.000 habitantes que salvo en las tradiciones ya no se parece tanto a aquella de 1924 en la que ‘la morena del Prado’ salió del entorno de la ciudad y como dicen los eslóganes que decoran el recorrido, “inundó de amor las calles de su pueblo”.
Estandarte municipal y maceros en la comitiva del Ayuntamiento
El alcalde Francisco Cañizares y su teniente de alcalde, Ricardo Chamorro, han abierto la comitiva de autoridades en representación de la Corporación municipal, junto a otros concejales. El encargado de portar el pendón, el estandarte con la bandera de Ciudad Real, ha sido en esta ocasión el concejal de Deportes y Juventud Pau Beltrán.
Por segundo año consecutivo varios maceros, una tradición recuperada, han encabezado la comitiva municipal, con la maza municipal de plata en la mano y sobre su hombro, además de portar el escudo de la institución.
El gran día de la devoción de la Feria de Ciudad Real
Con la procesión de esta tarde noche culmina una intensa jornada monográfica dedicada a la Virgen del Prado en su gran día que ha empezado con misas en su honor a las luces del amanecer: la misa del peregrino, que está cobrando cada vez más importancia.
La hermandad calcula que cerca de mil setecientos peregrinos han participado en la misa de la seis de la mañana tras emprender la marcha hasta Ciudad Real desde pueblos y parajes de los alrededores, como el embalse del Vicario (desde la cruz que recuerda el ‘martirio’ del obispo Estenaga), Picón, Porzuna, Miguelturra y las pedanías de Valverde y Las Casas.
La Policía Nacional “da escolta” a la Virgen
La Policía Nacional, Ciudadano Ejemplar de Ciudad Real ‘ex aquo’ con Ramón Serrano, fundador de Crean, sigue muy presente en las fiestas de la Virgen. En su bicentenario una decena de agentes participan, un año más -lo hacen desde los años veinte del siglo pasado-, “como garantes de la seguridad ciudadana y el patrimonio histórico, realzando la importancia de preservar las tradiciones que forman parte del patrimonio cultural de la ciudad”, han explicado.