José Miguel Calzado Espinosa, artísticamente Marko Montana, confía en que Almagro sea el punto de partida para cohesionar el talento local y regional en torno a la industria del audiovisual de Castilla-La Mancha.
A juicio del director del Festival Internacional de Cine de Almagro (AIFF), gran dinamizador de este ámbito artístico en la provincia y la región, existe un gran potencial que precisa de una estructura y un respaldo financieramente sólido para no perder el tren y “que no tengamos que importar cine de fuera”.
Por ello, espera que la organización de las jornadas de tres días (2, 3 y 4 de agosto) dentro del AIFF que analizarán las potencialidades y debilidades del sector de cara a su futuro, sirva de resorte para que las instituciones valoren la cualificación de una sector económico que tiene “gran retorno turístico” en el territorio.
Asegura que tras el festival de Teatro Clásico, descendía la presencia del turismo, mientras que desde hace cinco años “las ocupaciones hoteleras no han bajado del 50 % entre semana y se han llenado los fines de semana”. También “se nota” en los comercios, con “los que hacemos acciones promocionales”.
Por ello, Montana trabaja con los diferentes festivales e instituciones de la región en “conseguir una coordinadora regional”, como La Mesta, de Castilla y León, “en la que nosotros estamos integrados”.

A punto de abrirse la quinta edición del AIFF, este viernes, que cuenta con un entusiasta equipo de 50 personas y una infraestructura solvente en el Espacio Calatrava-Teatro Adolfo Marsillach, Montana pide ayuda para “profesionalizar y cohesionar” a los hacedores de una industria manchega que no se puede desdeñar y que tiene un impacto territorial “a considerar”.
Por ello, “si no tenemos una estructura y una solvencia económica, tendríamos que optar por llevar el festival a otra provincia o región, con todo el dolor del corazón”, ante el esfuerzo que realiza el equipo de la plataforma organizadora, que cuenta con experiencia internacional, y que “incluso paga parte del certamen”.
«Nuestra intención es continuar en nuestra casa, que es donde realmente están los nutrientes”, aunque falta sostenibilidad económica.
«Almagro ha sido un punto de reunión desde que iniciamos el festival, señala Montana, y ahora el evento es una oportunidad y un impulso para que podamos ser competitivos tanto a nivel nacional como internacional”. El objetivo es lograr el efecto ‘feedback’, es decir, una retroalimentación entre el potencial que ofrece la sociedad local, su idiosincrasia y sus gentes, para “transmitir lo que somos”, y la producción de la creación artística.
Precisamente, el realizador audiovisual da importancia a la dimensión social del certamen, que lleva el lema de ‘Lo posible está muy visto…’, a la hora de recuperar esa esencia y “el ritual de la gente de los pueblos, que hace años esperaba con ansía la llegada de las proyecciones en el cine de verano”.
Esa vocación es una capacidad principal, para el directivo de la empresa ‘Entropy Collective en Castilla-La Mancha’, a exportar. “Pretendemos que haya una confluencia entre el público y los creadores, directores, productores, animadores o músicos”, y, a la vez, que la propia sociedad local pueda servir de inspiración a proyectos nacionales y, sobre todo, internacionales. “Si la próxima producción que hagan los animadores croatas transmite lo que somos será un éxito”, celebra.

Novedades
Precisamente, Croacia y Extremadura, son el país y la región invitados en el AIFF –se celebrarán entre el 29 de julio y el 7 de agosto-, en el que su máximo dirigente espera que las proyecciones principales de los fines de semana “se llenen”, tal y como ha ocurrido en todas las ediciones desde su creación, incluso con la pandemia del COVID “no suspendimos y apostamos por su celebración con muchas medidas de prevención”. Ya entonces la respuesta del público fue exitosa y “fue como tirarnos por el precipicio, y poco antes de llegar al suelo empezamos a volar”. Las restricciones al 70% no evitaron la participación de al menos 1.200 personas, por lo que para este 2022, ya normalizado, esperan atraer “más del doble o el triple”. El público procede en más del 60% del turismo de cercanía, principalmente de Castilla-La Mancha, aunque también llegan espectadores de Madrid y las diferentes costas españolas.
El número 5 y el camino del héroe
Los impulsores del AIFF, con ocho cortometrajes en la sección de Nacional (se proyectarán el 30 de julio), otros tantos en la de Internacional (31), cuatro en el ámbito dedicado a Croacia, cinco en el apartado de Castilla-La Mancha, siete de Extremadura, y nueve en la sección ‘Mucho ruido’ (5 de agosto), también revelan el valor especial que han otorgado a la quinta edición a través de la dimensión cualitativa que dio Pitágoras a los números.
“En todas las culturas y filosofías el número 5 simboliza el lugar central de cualquier realidad o hecho”. Es el punto idóneo, explica Celia Vela, la coordinadora del evento, para evaluar la parte del camino recorrido y “dar el paso” hacia la superación en el futuro. Así lo refleja la ilustración del cartel de presentación del festival, con “un héroe que se anima a ir más allá y seguir cultivando el camino”, a pesar “de que le digan que no es posible, que no puede, que no sabe o que no tiene”.

Este trasfondo filosófico también enlaza, para la organización del AIFF, con el método del mitólogo Josep Campbell a la hora de preparar guiones y preparar a los actores para sus personajes.
¿Y cómo consideran al Festival de Teatro Clásico de Almagro, que acaba de cerrar su 45 edición, como hermano mayor de localización?
“Es inspiración pero no referencia”, opina Montana, dado que son artes de “distinta naturaleza” y certámenes “con diferente estructura”.
“Nosotros hemos optado por una sede fija, que es el hospital de San Juan, y no movilizamos infraestructura”, señala, a la vez que resalta el gran nivel técnico de su equipación , “con una pantalla de 12 metros, la misma dimensión que la boca del escenario, y un proyector y sistema de sonido únicos”.