En su undécima edición, el Concurso propone pasarse para degustar y valorar sus tapas por hasta cuarenta establecimientos que hacen de estos pequeños platos -por 2,50 euros acompañados de vino, cerveza, refresco o agua- una carta de presentación de su potencial tanto para los asiduos como nuevos clientes.
En ‘Latitud’, situado en la calle Mata 10, saben lo que es conquistar a la clientela de Tapearte tal y como lo indican cuatro galardones en la edición de 2016 y otros cuatro en la de 2017 con una carta muy casera y tradicional, así como muy bien ejecutada y presentada, que también aprovecha las técnicas nuevas que ofrece la cocina actual para una mejor calidad del producto.
En esta ocasión, Diego Morales, que logró el primer puesto en el Concurso Provincial de Tapas de 2016 y el segundo en 2017, prepara ‘Tataki ibérico’, que aboga por una innovadora relación manchego-nipona. En una base de pan especiado, descansa el tataki -en lugar de pescado- de carne de cerdo ibérico sobre el que sitúa alga wakame con un juego de dos mousses, una de pisto manchego y otra de queso también manchego, logrando una sorprendente combinación de texturas que se aconseja descubrir con un goloso vino como ‘Baldor Tradición Syrah 2014’.
Por su parte, en Biergarten, sito en el Pasaje San Vicente Ferrer 1, se puede degustar ‘Rolling’, una salchicha bockwurst de cerdo y ternera envuelta en queso, beicon y masa de hojaldre, recubierta a su vez con huevo, salsa de frutos rojos y sésamo. Patata gajo casera acompaña al rolling, que se propone maridar con ‘La Rebeldía Sauvignon Blanc’, aunque también muchos piden la tapa con cerveza alemana. Jóvenes y familias enteras que acuden a comer juntos suelen optar por consumir la opción para ‘Tapearte’ de Biergarten, que apuesta por un contundente ‘bocado’ alemán en el Torreón.
Los sabores del Mare Nostrum se pueden hallar en la Taberna Napoletana, situada en la calle Lanza 9, con una ‘tapa-arte’ como ‘Milhoja Mediterránea’ en la que se recrea un faro en medio del mar. Fresca de sabor, lo que se agradece en unas jornadas que mantienen temperaturas estivales, el milhojas de casera crema de queso a las hierbas simula la torre del faro con la ensalada a modo de algas y el pulpo y calamar como si fueran las rocas del mar, ingredientes a los que se añade un poco de limón rallado que contribuye a la frescura y contraste sensitivo en el paladar.
El exitoso empuje de la comida de influencia japonesa se percibe en varias de las propuestas de Tapearte y en Itamae Sushi, sito en la calle Libertad 2, se sirve ‘Gunkan de atún toro con huevo de codorniz’. En una base de arroz con alga nori alrededor se colocan taquitos de atún toro con una salsa con kimuchi, soja, aceite de sésamo y azúcar, nido sobre el que se deposita el huevo de codorniz. En Japón, este gunkan es muy popular y en Ciudad Real, donde muchos se decantan por estas tapas ya que “son diferentes y no son los sabores típicos” -según indican varios clientes-, se suele pedir con cerveza Calatrava o japonesas como Kirin o Asahi.
En atrevimiento no se queda corto ‘Dallas’ con la combinación de hasta cinco sabores distintos y que conjugan bien de su ‘Milhojas de pimientos, atún y calabacín’. “Exquisita” dicen que está los clientes que han probado esta tapa con productos ‘de la tierra’, elaborada con pimientos de piquillo confitados en aceite de oliva, con ajo y azúcar, láminas de calabacín a la plancha y atún en escabeche, intercalándose como si fuera un milhojas decorado por encima con frutos secos -pipas peladas y pasas- y mousse de aceitunas. La mezcla de sabores -desde el agrio al dulce- y las diferentes texturas juegan a favor de una tapa muy rica y apetitosa.