Del recetario ucraniano, eligieron la sopa borsch, plato incluido en la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco y que estaba “riquísima”. Es una sopa “hipercalórica que lleva de todo: carne, verduras y una cucharada de yogur griego que hace que todos los sabores se unifiquen. Está muy buena, me ha recordado a una caldereta”, indicó la coordinadora de Formación del instituto y profesora de cocina, Patricia Laguna Pérez, que destacó la complicidad entre los alumnos y los refugiados compartiendo los secretos de sus platos tradicionales.
También desde Ucrania llegó la elaboración de nalysnyky o crepes salados y dulces. Los primeros, con pollo o setas, cebolla y zanahoria y los segundos con fresas, plátano, yogur griego y chocolate negro.
Por su parte, los estudiantes ciudarrealeños les enseñaron a preparar tortilla de patatas, pisto y migas manchegas en un encuentro que se inició con un desayuno de café y bizcocho elaborado por los propios alumnos.
Para el director del IES, Julio Gómez García, es un placer abrir el centro a experiencias que posibilitan que los alumnos conozcan otras culturas y, como en esta ocasión, empaticen con la situación de los refugiados de Ucrania y aprendan claves significativos de su cocina.
También con estas actividades se potencia el aprendizaje y uso del inglés, apreció Gómez García, que resaltó que entre las salidas profesionales de los estudiantes del centro, que cuenta con el programa Erasmus +, está la comida internacional y actualmente varios de sus alumnos se encuentran contratados en ciudades como Florencia, Pompeya y Marsella.
Favorecer la inclusión e interacción en la ciudad de acogida y no perder sus raíces culturales que se sitúan en la otra parte de Europa son objetivos de este taller de cocina ucraniana y manchega, apuntó Rubén Muñoz, trabajador social de Cruz Roja, que indicó que desde enero a la actualidad se han atendido a unas cuarenta personas ucranianas en el programa de Acogida e Integración de personas solicitantes de protección internacional de Cruz Roja.
