Plaza de toros de Ciudad Real. Primera corrida de feria. Más de tres cuartos de plaza.
Se lidiaron seis toros de El Vellosino, de presencia desigual. Peor presentados primero y segundo, mejor el resto. Nobles y manejables en general. Los dos últimos mansurrones y huidizos.
El Juli: Oreja y dos orejas.
José María Manzanares: Oreja y dos orejas.
Alejandro Talavante: Oreja y ovación con saludos.
Juli y Manzanares salieron a hombros. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Consuelo García (esposa del cirujano Rafael Ruiz)y Felipe Fernández (jefe de los mulilleros durante cuarenta años). Saludaron tras banderillear Rafael Rosa en el tercero, y Juan José Trujillo en el sexto.
Buena entrada y entretenida corrida para abrir feria en Ciudad Real, con una terna curtida que anduvieron a gorrazos ante una corrida a modo que resultó noble y manejable, a excepción del sexto, que fue más deslucido.
El Juli se las vio con un primero cómodo de pitones que fue protestado, con razón. Sin embargo el madrileño acalló las voces con una faena inteligente, ayudando al toro conduciéndolo a media altura sin molestarlo demasiado. Alcanzó cotas de mayor altura por el pitón derecho y mató a la primera de media arriba.
En su segunda faena salió arreado, sobresaliendo en su manejo del capote un vistoso quite por cordobinas rematadas con una especie de molinete con el capote. La faena de muleta fue un tres en uno; comenzó citando con la mano baja pero vaciando por arriba; a continuación apretó por abajo alargando el viaje -y el toro respondiendo a esa exigencia-; y terminó con arrimón, culminando con estocada entera algo trasera que le granjeó el doble trofeo.
Sobrio y elegante brilló Manzanares en el segundo, un toro chico que persiguió las telas con nobleza y ante el que Manzanares cimbreó cintura y metió riñones con su personal estética -sin bajar la mano, eso sí- para disfrute de los tendidos.
Sorpresivo resultó el trasteo en el quinto, un toro mansurrón que rehuyó las telas y que, sin embargo, rompió a perseguir con codicia y por abajo la muleta del alicantino en el último tercio, circunstancia que aprovechó Manzanares para, de nuevo, llevarlo largo y enroscándselo a la cintura. Como colofón, estoconazo entero arriba, y dos orejas al esportón.
Talavante pechó con el pero lote. Su primero, alturrón y feote, embistió soso, lo que no impidió que el extremeño encendiera los tendidos en las dos primeras tandas. No obstante la faena fue a menos con un toro que punteaba y embestía deslucido.
El que cerró plaza pudo acusar la iluminación artifical de la plaza -quien sabe- y resultó el de menores posibilidades del festejo. Aún así Talavante comenzó de rodillas metiendo a los tendidos en la faena, la cual, igual que en su primero, fue a menos, fallando a espadas en última instancia.
Festejo que ha servido como presentación de la empresa Pacor de los hermanos Lillo en Ciudad Real, de la cual cabe destacar la buena respuesta de un público con ganas de ver toros (habría cerca de seis mil personas en la plaza) y algunas fases de toreo notable por parte de los tres toreros. En el «debe» anotamos la presentación de varios toros, sobre todo los dos primeros; por poco ofensivo de pitones, y por chico, respectivamente. Pero claro, son los toros de las figuras con fuerza.