El Producto Interior Bruto (PIB) de Alemania se estancó en el segundo trimestre del año respecto al trimestre anterior, cuando se contrajo un 0,1%, según los datos definitivos publicados este viernes por la Oficina Federal de Estadística (Destatis), que confirman los avanzados a finales del pasado mes de julio.
De este modo, el estancamiento de la actividad de Alemania entre abril y junio supone la salida de su economía de la recesión técnica (dos trimestres consecutivos en negativo) después de los retrocesos del PIB registrados en el último trimestre de 2022 (-0,4%) y en el primer trimestre de este año (-0,1%).
“Tras ligeros descensos en los dos trimestres anteriores, la economía alemana se estabilizó en primavera”, ha destacado este viernes Ruth Brand, presidenta de la Oficina Federal de Estadística.
Según Destatis, tras dos trimestres consecutivos, el gasto en consumo final aumentó en el segundo trimestre un 0,1% respecto al primer trimestre. El consumo de los hogares alemanes se estancó en el segundo trimestre tras dos trimestres en negativo, mientras que el gasto público se incrementó un 0,1%.
La inversión, por su parte, también avanzó ligeramente en el segundo trimestre, especialmente en maquinaria y equipo (+0,6%), que creció más que la inversión en construcción (+0,2%).
En cuanto al sector exterior, las exportaciones totales de bienes y servicios de Alemania disminuyeron un 1,1% en el segundo trimestre con respecto al trimestre anterior, en tanto que las importaciones se estancaron.
EL BUNDESBANK VE PROBABLE QUE EL PIB CONTINÚE ESTANCADO
En su boletín mensual de agosto, el Bundesbank, el banco central germano, advirtió de que la economía de Alemania atraviesa una “fase de debilidad” y ve probable que la ‘locomotora europea’ siga paralizada en el tercer trimestre del año.
“Se espera que la producción económica se estanque más o menos en el tercer trimestre”, recoge la institución en su boletín, donde considera probable que la actividad económica de Alemania se mantenga prácticamente sin cambios nuevamente entre los meses de julio y septiembre.
En este sentido, el banco central alemán apunta que, si bien la fortaleza del empleo y el fuerte crecimiento de los salarios, así como la disminución de la inflación, impulsarán la recuperación del consumo privado y, por lo tanto, del sector servicios, parece que la producción industrial seguirá siendo débil, ya que la demanda extranjera ha tenido una tendencia a la baja.