Buena tarde la vivida ayer en la plaza de toros hexagonal de Almadén. Por varios motivos. Uno de ellos, el magnífico toreo de capote que pudimos disfrutar, fundamentalmente a la verónica, exhibido por los tres toreros; en aire más clásico Puerto y Morenito, y más variado y vistoso Adame.
Y con la muleta, que también vimos torear. Víctor Puerto anduvo parsimonioso en su primero, un toro que punteaba la muleta con incomodidad. En el cuarto, un toro encastado, no llegó a encontrarse a gusto por completo pues el toro era bravo y exigía con movilidad. Los distintos enganchones enturbiaron un conjunto que tuvo conexión con el público.
Morenito se gustó notablemente con el segundo de su lote, interpretando un toreo aflamencado y arrebatado de mucha estética. En su primero anduvo encajado y firme, aunque mal con la espada.
Joselito Adame protagonizó un primer trasteo recio en el que primó el mando y la mano baja, mientras que en el que cerró plaza de nuevo abundó el poderío, alternando fases de mayor limpieza con otras de menores sutilezas.
Cabe destacar el buen juego de los toros de Torreherberos y Torrehandilla de la familia Morales. Sirvieron, y mucho, cuatro de seis. Y mención especial merecen los lidiados en cuarto y quinto lugar -a los que se les concedió la vuelta al ruedo- por encastados.