La directora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Paz Esteban, alertó este jueves del aumento de la ciberdelincuencia durante la pandemia del Covid-19, ya sea a través de acciones de ciberespionaje, campañas de desinformación o ataques virtuales que aprovechan las vulnerabilidades que ofrece el teletrabajo.
Esteban puso sobre la mesa la creciente actividad delictiva en el ciberespacio durante unas jornadas sobre seguridad y defensa organizadas por la Asociación de Periodistas Europeos. Según ha reconocido, el virus ha incrementado el riesgo de ciberataques, sobre todo en colectivos vulnerables como pueden ser el sector sanitario, la industria farmacéutica o la investigación.
De hecho, reveló que los organismos dedicados a la investigación de una vacuna contra el coronavirus han sido uno de los principales objetivos de estos ataques, no solo en España, y ha sugerido que en muchas ocasiones tienen su origen en actores estatales.
En términos generales, la directora del CNI reconoció que sus servicios han detectado un incremento “cualitivativo” de los ataques durante los últimos meses y también un crecimiento “cuantitativo” en cuanto a su gravedad. Una de sus explicaciones ha sido el aumento del teletrabajo, que aumenta la exposición de los sistemas y sus vulnerabilidades “facilitando la entrada de atacantes más agresivos y la entrada de nuevos criminales”.
Esteban apuntó que la tendencia es que estos ciberataques “continúen al alza” y se mantengan las acciones dedicadas a pervertir las redes domésticas y los dispositivos personales. Según explicó, el objetivo de los atacantes es acceder a las redes de los empleados para, a partir de ahí, poder acceder a las de sus empresas u organizaciones públicas o privadas.
En este punto cobra también importancia el ciberespionaje, una actividad que reveló que está sustituyendo paulatinamente a las actividades de espionaje tradicionales, sobre todo en el ámbito económico.
Campaña de desinformación
Pero además, el CNI detectó durante los últimos meses un aumento de las campañas de desinformación con el objetivo de provocar una “distorsión deliberada de la realidad para influir en la opinión pública en beneficio de los intereses del promotor”, que ha revelado que “normalmente es una nación extranjera”. “Lo hace para desestabilizar y menoscabar la credibilidad de las instituciones, dañar la imagen del país o imponer relatos sesgados”, apuntó la directora de la inteligencia española.
En estas campañas de desinformación, según reconoció, los estados democráticos como España son más vulnerables que aquellos que no lo son, ya que no censuran los contenidos que circulan por las redes sociales ni controlan los medios de comunicación, además de que no cuentan con medios de propaganda que lancen esas campañas contra terceros.
En todo ello, Esteban subrayó que los atacantes se aprovechan del anonimato que ofrece el ciberespacio, que hace que “prácticamente nunca” sufran las consecuencias de sus actos y el único peligro al que se exponen sea el del fracaso de sus acciones. “El ciberespacio permite operar con un alto grado de impunidad”, reconoció.
Un centro de ciberseguridad
En este sentido, su antecesor al frente del CNI, Félix Sanz Roldán, y el director del Departamento de Seguridad Nacional, Miguel Ángel Ballesteros, abordaron la necesidad de regular el ciberespacio en organismos internacionales y los ataques que se aprovechan de sus vulnerabilidades.
Y ambos reclamaron la puesta en marcha en España del Centro de Operaciones de Ciberseguridad para la Administración General del Estado que fue aprobado ya por el Consejo de Ministros en febrero del pasado año pero está paralizado a la espera de contar con un presupuesto que permita su funcionamiento.
El general Ballesteros expuso que ahora mismo el principal obstáculo para este organismo es el presupuestario, ya que no contaba con “ninguna resistencia” cuando fue impulsado. “El problema es que en España es funciona con los Presupuestos Generales del Estado y, mientras no tengamos, no se puede sacar de la manga dinero para un órgano”, asumió el director del Departamento de Seguridad Nacional.
Sanz Roldán reveló que estaba ya previsto hasta el edificio que albergaría este organismo que aunaría a personal del CNI, de la Guardia Civil, de la Policía y otros muchos órganos públicos y privados.
Normas para el progreso
En cualquier caso, insistieron en la necesidad de incrementar la conciencia de seguridad nacional de los ciudadanos y de proteger sus dispositivos electrónicos. “Dado que el progreso no se va a parar, demos normas complementarias para vivir en el progreso”, reclamaron.
Además, abordaron la implantación de la tecnología 5G y el general Ballesteros explicó que España deberá adoptar pronto una posición al respecto que equilibre el necesario desarrollo tecnológico y económico con la seguridad de las redes y la protección de los ciudadanos.