El ministro del Interior de Francia, Gérald Darmanin, ha descartado que por ahora el Gobierno tenga en mente cargas para levantar los bloqueos impuestos en varias carreteras por agricultores, ya que “no son delincuentes”, sino “gente que trabaja”, si bien ha advertido de que hay también ciertas “líneas rojas”.
Darmanin ha alegado en declaraciones a France 2 que “la manifestación es un derecho constitucional” y ha defendido las negociaciones en marcha para tratar de llegar a algún tipo de acuerdo, después de que los agricultores hayan intensificado en los últimos días sus movilizaciones y amenazado incluso con bloquear París.
“No podemos considerar a gente trabajadora de la misma manera que a delincuentes”, ha alegado, para acto seguido señalar que “no atacan a policías” para exponer demandas que el Gobierno considera “legítimas”. “Les dimos líneas claras: no entrar en París, no bloquear (el mercado de) Rungis y no bloquear los aeropuertos”, ha añadido, un día después de que el primer ministro, Gabriel Attal, prometiese seguir negociando.
El Ejecutivo estima que unas 10.000 personas participan en las movilizaciones convocadas en distintos puntos del país, en el marco de un malestar general del sector que se extiende también a otros países de Europa y que el presidente galo, Emmanuel Macron, ha prometido tratar esta semana con la jefa de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
El ministro de Agricultura, Marc Fesneau, ha anunciado en una entrevista a Sud Radio un paquete de 80 millones de euros para ayudar a los productores vinícolas, con el objetivo de ayudarles a cubrir pérdidas y fomentar su liquidez durante este año, si bien espera que haya aún más propuestas “antes del fin de semana”.
Macron ya ha dejado clara la oposición de Francia al acuerdo comercial entre la UE y Mercosur y ha llamado incluso a revisar las importaciones desde Ucrania. París aspira además a cierta flexibilidad regulatoria, después de que parte de las quejas de los agricultores hayan ido dirigidas contra normas acordadas a nivel europeo.