En el marco de su 43º Viaje Apostólico a Mongolia, el Pontífice ha visitado la catedral católica del país para un encuentro con los religiosos, a los que se ha dirigido inspirado en el Salmo 34 que clama “¡Gusten y vean qué bueno es el Señor!” (v.9), según recoge el portal del Vaticano ‘Vatican News’.
“Gastar la vida por el Evangelio: es una bella definición de la vocación misionera del cristiano, y en particular del modo en que los cristianos viven esa vocación aquí”, ha reivindicado Francisco en la reunión.
Asimismo, ha subrayado que se debe “gasta la vida por el Evangelio” porque “se ha gustado, se ha sentido el buen sabor y se ha experimentado la ternura del amor de Dios en la propia existencia”.
El Papa ha insistido así en la importancia del encuentro cotidiano con Dios “en el rostro de los demás, en los necesitados, donde Cristo está presente”.
En este contexto, ha recordado la labor de los primeros misioneros en Mongolia hace 30 años y las actuales acciones caritativas que, a su juicio, “reflejan el rostro misericordioso de Cristo buen samaritano”.
“Sin esto, las fuerzas van menguando y el compromiso pastoral corre el riesgo de quedar en una estéril prestación de servicios, en un sucederse de tareas que se deben hacer, pero que terminan por no trasmitir nada más que cansancio y frustración”, ha añadido al respecto.
Por otro lado, ha destacado la Iglesia de Mongolia como una pequeña “pero universal” y ha animado a ver en el obispo de esta “no a un manager, sino la imagen viva de Cristo buen Pastor que reúne y guía a su pueblo”.
Francisco, al final de su intervención, se ha referido también a la Madre del Cielo, como invocan en el país a la Virgen María, y ha instado a no temer los número reducidos que representa la Iglesia en Mongolia, donde hay unos 1.500 bautizados: “No tengan miedo de los números reducidos, de los éxitos que no llegan, de la relevancia que no aparece. No es este el camino de Dios. Miremos a María, que en su pequeñez es más grande que el cielo, porque ha acogido a aquel que ni el cielo ni lo más alto del cielo puede contener”.