Julio César Sánchez
El enfrentamiento entre el Perro y el Gato no fue tal. Nunca ha cabido en el espíritu de Simón el afán bélico. Pero hete aquí que quince años después, el local que sigue abierto -y con salud- es El Perro, protagonista del especial dominical de Lanza de este fin de semana.
Desde un principio la filosofía por la que se ha movido El Perro es ofrecer un ocio nocturno distinto, alejado de lo convencional, con raíz en el rocanrol menos comercial y en una relación casi personal con sus clientes, muchos de los cuales forman ya una pequeña-gran familia dentro y fuera del propio bar.
Y todo ello respaldado por una estética propia, con una decoración de lo más estrambótica y original, en la que podemos encontrar desde un Cinexin, a un poster gigante de Kiss, junto a otro de Sarita Montiel; sin que falten distintos elementos de sus idolatrados Ramones.
Desde el principio Simón se vio apoyado a todos los niveles por su “primo” Ángel Mata, reconocido diseñador gráfico y, al igual que su primo-jefe, gourmet musical, como demuestra su relativamente reciente adhesión incondicional al grupo Primal Scream. Además, juntos se han embarcado en distintas aventuras musicales, formando parte de los recordados The Tumbonas, y en la actualidad de Los Baldwin.
A lo largo de los años, El Perro se ha caracterizado por organizar fiestas del más variopinto pelaje. Así, se han celebrado Nocheviejas en el mes de septiembre, fiestas ramonianas, hawaianas, y la ya tradicional fiesta Ye-Yeah, junto a otros locales de Ciudad Real. Anoche, sin ir más lejos, se celebró su décimo quinto aniversario, que viene a demostrar que en la capital manchega lo original no impostado y el ocio de calidad pervive frente a las modas y tendencias pasajeras.
Piensen si no en la cantidad de locales nocturnos que han pasado por distintas manos y por distintas denominaciones en estos últimos tres lustros. Sin embargo, El Perro resiste. Dentro de los 50 metros cuadrados del local que ocupa El Perro se dan cita personas de toda clase y condición social, con una convivencia siempre armónica y respetuosa. Vive, deja vivir, y viva el roncarol!!