El novillero con picadores más prometedor de la actualidad en la provincia de Ciudad Real –y uno de los que más en el panorama nacional- lleva por nombre Emilio Huertas. Es de Santa Cruz de Mudela y asiduo en las páginas taurinas de LANZA. En esta ocasión llega para repasar lo que ha sido su segunda temporada completa como novillero con picadores, un año en el que, de la mano de Tomás Campuzano, ha hecho 24 paseíllos, ha dado dos vueltas al ruedo en Madrid y ha cortado una oreja en Sevilla. No está mal, ¿verdad? Pero podría haber estado mejor. Y también peor. Así lo reconoce el propio torero. De todo ello nos habla Emilio a continuación. LANZA: Una vez terminada la temporada 2011, ¿se podría decir que ha sido mejor o peor de lo que esperaba? EMILIO HUERTAS: Mejor, sin duda, porque el primer paseíllo del año se tornó un triunfo agridulce. Como recordarás, fue en Madrid, y terminé dando una vuelta al ruedo. Y a pesar de que en el momento de recoger las ovaciones mientras daba la vuelta estaba muy contento, en cuanto llegué al hotel me di cuenta de que no había aprovechado al novillo totalmente y que se me había escapado un triunfo que debía haber sido más grande. Los días siguientes fueron muy duros. De verdad. Pero ahora lo pienso y creo que incluso me pudo venir bien, porque me sirvió para no relajarme y convencerme de la línea que quería tomar y del tipo de toreo que no quería volver a hacer. Fue una pena, porque aquel novillo de Navalrrosal fue ideal para plasmar el concepto de toreo con el que yo más me siento, que es el de enganchar delante, llevarlos muy por abajo, y rematarlos muy atrás. L: De lo que no cabe duda es que ha sido una temporada de avances. EH: Por supuesto. He notado muchos avances a todos los niveles. Me ajusto más la embestida de los novillos, siento que decido más fácilmente por dónde los quiero llevar, y algo que es muy importante, el llevarlos despacio, marcar yo la velocidad. L: ¿Qué aspectos consideras no tan positivos de este año? EH: Pues me gustaría haber toreado en plazas de mayor relevancia. Es cierto que he ido dos veces a Madrid y que he toreado en Sevilla, pero siento que donde mi toreo de verdad cala es en las plazas de categoría. Ahí están las dos vueltas al ruedo en Madrid y la oreja de Sevilla. También en algún momento me las he visto con ganaderías duras, pero he dado la cara ante ellas también. L: ¿Hubo alguna tarde clave, algún punto de inflexión a partir del cual sentiste que la temporada se vino arriba? EH: Sí. Fue en Arenas de San Juan en junio. Era el cuarto paseíllo de la temporada, y le corté dos orejas a un novillo de Apolinar Soriano que me hizo venirme arriba. Fue una tarde que me vino muy bien para dar una dimensión mayor en la siguiente novillada, que fue en Madrid. Aquel día en Las Ventas pude haber cortado una oreja con fuerza, pero el puntillero falló al rematar al novillo y se quedó en otra vuelta al ruedo. También me siento muy satisfecho de la tarde que toreé en Casavieja con Víctor Barrio y Sergio Flores con novillos de El Torreón. Corté sólo una oreja, pero podrían haber sido cuatro. L: También has hecho alguna incursión por Francia. EH: Sí. El maestro Campuzano tiene buena relación con Francia y he toreado cuatro tardes allí. Y creo que he dejado buen ambiente para poder volver el año que viene. L: Y en este punto creo que se hace conveniente hablar de tu apoderado. Alguien que a buen seguro te habrá aportado mucho. EH: Efectivamente. El maestro Tomás Campuzano es una persona que ha tragado mucho en el toreo, y que sabe perfectamente lo que hace y dice. Es un hombre sano y equilibrado, y he tenido la sensación de que se ha involucrado mucho conmigo, sobre todo a raíz de la tarde de la que te he hablado antes de Arenas de San Juan. L: Y como remate de temporada te entretuviste en cortar una oreja en Sevilla el 11 de septiembre y un rabo en Algemesí poco después. EH: Así es. A Sevilla llegué después de cuajar la faena del año en la plaza de Las Virtudes a un magnífico novillo de Torreherberos, así que iba con la moral muy alta. La lástima es que la novillada de Villamarta no salió buena. Aunque creo que me supe adaptar a las condiciones de mi lote, y saqué todo lo que tenía mi primero, que fue al que le corté la oreja. El segundo fue imposible. Salí muy satisfecho de Sevilla, y con la promesa por parte de la empresa de que me pondrían a principios de la temporada que viene de nuevo. Y en Algemesí volví a triunfar por segundo año consecutivo. Espero que me sirva para que el año que viene me vea anunciado en Valencia. Ahora la lástima es que se ha acabado la temporada, y es cuando mejor me encuentro. L: Tiempo al tiempo.
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