El presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri, ha asegurado que “hablar de beneficios extraordinarios no tiene demasiado sentido” tras las ganancias alcanzadas por el sector de la banca en 2023.
Lo ha dicho ese viernes en una rueda de prensa junto al consejero delegado, Gonzalo Gortázar, para presentar los resultados de 2023, ejercicio en el que el banco ganó 4.816 millones de euros en 2023, frente a los 3.129 millones en 2022, lo que supone un incremento del 53,9%.
Goirigolzarri ha defendido que no se debe hablar de cifras absolutas, ya que el valor conjunto en bolsa de CaixaBank, BBVA y Santander “es un 23,5% menor” que en junio de 2011 y los requerimientos de capital son el doble que en 2010.
Ha insistido en que “la rentabilidad actual no es extraordinaria, es razonable” y, según él, lo extraordinario eran los bajos niveles de rentabilidad que ha tenido el sector durante los años en los que los tipos de interés estuvieron en negativo.
Ha recordado que el momento actual es de “normalización de los tipos” y que no han llegado a niveles históricamente altos, aunque sí que la subida ha sido muy abrupta.
El presidente de la entidad ha defendido la necesidad de una banca fuerte, ya que, según él, la alternativa es que ocurra como en 2011 y 2012, y que “es bueno para toda la sociedad que la banca tenga una posición potente, y para eso tiene que tener una rentabilidad razonable”.
Preguntado por el impuesto a la banca, Goirigolzarri ha asegurado que “la mejor manera de mejorar es eliminarlo”, y ha añadido que las estimaciones pasan por pagar alrededor de 500 millones de euros este año.
TELEFÓNICA
Sobre una posible entrada del Gobierno en el capital de la entidad, el presidente ha señalado que los casos de Telefónica y de CaixaBank “son muy distintos”.
“No hay ninguna razón proactiva para entender que CaixaBank tenga un interés estratégico, como si ha hecho con Telefónica”, ha dicho, en referencia a la entrada del Estado en el accionariado de la empresa de telecomunicaciones.
Ha recordado que la posición del FROB en el accionariado de la entidad tiene una fecha de caducidad desde su origen en el rescate de Bankia: “Es un origen de no permanencia aunque se mantenga en el tiempo”.