Pregunta: La nutrición y una buena alimentación son muy importantes para las personas que padecen algún tipo de patologías. ¿Qué es lo primero que hay que hacer en estos casos y cuáles son los pasos a seguir?
R: Adaptar la dieta a la patología que tiene una persona va a hacer que pueda mejorar incluso la alimentación.
Por poner un ejemplo, y a pesar que está la farmacología, a una persona que padece de colesterol, el hecho de tener una buena alimentación le va a controlar mucho los niveles de colesterol.
Aunque tengamos el recurso del fármaco, es importante hacer cambios en nuestra dieta, porque así vamos a depender menos de la farmacología, que es un poco lo que buscamos con la nutrición y para que la alimentación sea prácticamente una parte de ese tratamiento.
En general, una buena alimentación va a mejorar cualquier enfermedad, aunque no tenga una relación directa. De hecho, para que el cuadro de una patología digestiva mejore, tiene que ir acompañado de una mejora de la alimentación. Por ello, cualquier trastorno de indigestión, de digestiones pesadas o de gases tiene que ir acompañado de una reeducación alimentaria para poder avanzar.
P: En los últimos años parece que está creciendo el número de personas que presentan ciertas intolerancias a determinados alimentos. ¿A qué puede deberse?
R: Hay varios factores… se trata de un tema que me interesa muchísimo desde hace unos años.
Obviamente la calidad de lo que se come ha bajado mucho. Hay muchos productos, por ejemplo, los fiambres, como pueden ser el jamón cocido, el chóped o la mortadela, que en ocasiones contienen mucha harina de trigo y almidones. El trigo está muy presente en nuestra alimentación.
Luego está el estrés y el estilo de vida que llevamos. Y aunque no podemos decir que lo que nos pasa con la alimentación se deba al estrés, al final sí que influye directamente en agravar ciertas patologías, como pueden ser patologías digestivas.
Tampoco ayuda el sedentarismo, la mala digestión, los dulces y la cantidad de alimentos procesados, que se llaman proinflamatorios, que pueden inflamar el intestino y que al final terminan inflamando incluso el resto de nuestro cuerpo.

P: En todo ello, ¿Qué importancia tiene una buena alimentación?
R: Una buena alimentación, con unos alimentos saludables y con esa capacidad antiinflamatoria que, por ejemplo, tiene la dieta mediterránea, con sus verduras, frutas, frutos secos y legumbres, resulta muy interesante y va a mejorar mucho las patologías relacionadas con la inflamación o incluso las autoinmunes.
P: Una buena alimentación es lo más recomendable, pero a veces no resulta fácil encontrar los alimentos adecuados para poder llevarla a cabo…
R: Muchas veces los nutricionistas decimos que no es que alimentarse bien sea caro o complicado, sino que alimentarse mal es barato y sencillo. En la actualidad están muchos más disponibles a los consumidores cualquier pieza de bollería que las frutas y verduras de calidad, que son más complicadas de encontrar.
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