Los cambios que trae el paso del tiempo hacen que nuestra capacidad para adelgazar se vea mermada.
Siempre se ha dicho que hacer ejercicio y mezclar esto con una buena dieta es la mejor forma de perder peso. Llevar una buena alimentación es esencial, como también lo es mantener el cuerpo en movimiento realizando deporte cada poco tiempo. No obstante, esta fórmula va perdiendo eficacia con el paso de los años, obligando a las personas a tener que esforzarse más y más para mantener ese tipo que tenían cuando eran más jóvenes.
Se suele decir con frecuencia, con el paso de los años perdemos forma y nuestro cuerpo deja de ser tan atlético como lo pudo haber sido hace tiempo. No es una cuestión de descuido en lo que se come, como tampoco lo es por dejar de hacer deporte, es nuestro cuerpo, que cambia y evoluciona a medida que los años se suman y, debido a esto, poco a poco va complicando un poco más las cosas.
También es importante tener en cuenta que, a medida que se avanza en la edad, es más fácil tener acceso a todos esos excesos que parecen tan distantes en la juventud. Comidas y cenas copiosas, noches y tardes de copas cuyas consecuencias provocan la búsqueda de métodos para remediar las resacas, así como la fe ciega en las dietas milagrosas para perder kilos. Un cóctel explosivo que hace mella en la salud y en la figura, y del que cada vez cuesta más recuperarse.
Pero, ¿cuáles son las verdaderas razones de que no sea tan fácil perder kilos al llegar a cierta edad? Son muchos profesionales los que han hablado al respecto y, gracias a su labor, ahora es más fácil dar una respuesta a todo esto. Aunque no se puede hablar de una, sino de varias respuestas a esta cuestión.
Por qué es más difícil adelgazar con los años
Le ha pasado a más de uno. Se ha puesto manos a la obra, esta vez sí, para comenzar a comer de forma saludable y se ha animado a seguir las bondades de la dieta mediterránea, pero ha visto que, por más que se esfuerza, no consigue que la báscula baje como debería. Mucho sacrificio para poco resultado.
El principal motivo tras esta dificultad está en la pérdida de masa muscular. Cuando se supera la treintena, el cuerpo comienza a sustituir la masa muscular por tejido graso, como claro síntoma de envejecimiento. Es un proceso totalmente natural, pero que al mismo tiempo provoca que el metabolismo se vuelva más lento y que, debido a eso, comer lo mismo que hace diez años suponga una mayor facilidad para engordar.
Por supuesto, las hormonas también tienen mucho que decir al respecto. Las mujeres comienzan un importante cambio hormonal a los 40 años, mientras que los hombres tardan un poco más en hacerlo. Sin embargo, en ambos casos, esto provoca una reducción de la producción de testosterona en ellos y de estrógenos en ellas, algo que al mismo tiempo repercute en el metabolismo y, por tanto, vuelve a incidir en las dificultades para adelgazar.
Tampoco se puede pasar por alto el llamado “efecto memoria”. Si una persona ya de avanzada edad ha realizado numerosas dietas erróneas en el pasado, o lo que es lo mismo, ha pasado por el conocido efecto yoyó, perdiendo y recuperando peso a un ritmo demasiado elevado, la acumulación de grasa es mayor. Por lo general, el aumento de peso ligado a estas situaciones siempre viene con grasa de la mano, algo mucho más difícil de perder con el paso del tiempo.
A todo esto también hay que sumar el estilo de vida que se adquiere con los años. La rutina laboral y el estrés continuado hacen que, para empezar, sea mucho más complicado dedicar una cantidad adecuada de horas a realizar deporte y que, para terminar, se segregue una hormona que a la larga genera más grasa almacenada. El cortisol, en concreto, es esta hormona que nace del estrés.
Por eso, con el paso de los años y a medida que se avanza en edad, se vuelve cada vez más importante mantener una dieta saludable y, sobre todo, una rutina de ejercicio a la que seguir de forma férrea. Puede que sacar tiempo parezca difícil, pero es posible.
Las estadísticas dejan muy claro que hay que hacer más ejercicio. La Organización Mundial de la Salud revelaba hace poco que uno de cada cuatro adultos no hace el suficiente deporte de forma rutinaria, ergo, el sobrepeso aparece con mayor facilidad en todos por esta falta de seguimiento. Los gimnasios se llenan a comienzos de año por las voluntades de Año Nuevo, pero al mismo ritmo que se llenan, se vacían.
Disciplina, paciencia y perseverancia, además de mucho cuidado. No hace falta más que eso para mantenerse en buen estado de forma y perder esos kilos de más. Será más difícil, por supuesto, pero no imposible.
Post por la autora invitada – Marta Fischer