Sara Burgos(Efe)/Toledo
Cumplido el ecuador de la feria, los artesanos consultados por Efe -que representan más de cuarenta oficios- celebran las operaciones de venta y, aunque algunos reconocen que Farcama aún se resiente por la crisis, la mayoría afirma que este año hay más visitantes y con más ganas de comprar los productos artesanales.
Unos productos que van desde la cerámica hasta los muebles, incluyendo joyería, cosmética natural, ceras, manualidades, calzado, relojería o trabajo con flores.
Y, todo ello, acompañado de talleres en vivo, ludoteca infantil, teatro en directo e incluso de las furgonetas de venta de alimentación conocidas como “food trucks”, una de la cuales pertenece al ganador del concurso televisivo que puso de moda esta forma de venta de comida en España.
“La verdad es que Farcama está siendo un éxito”, asegura a Efe la directora general de Turismo y Artesanía, Ana Isabel Fernández Samper, quien indica que la feria ha recibido 31.000 visitas en los cuatro primeros días, 2.000 menos que las 33.000 que registró el año pasado en todo el certamen.
Fernández Samper destaca que en su 35 edición se ha “conseguido abrir el abanico de actividades” y asegura que incluso hay visitantes que están repitiendo, pues poseen la pulsera que permite tener acceso durante toda la feria, que cuesta un euro más que la entrada general.
La entrada general, de tres euros, permite también entrar a cinco museos de Toledo: el Museo Sefardí, el Museo de los Concilios Visigodos, el Museo del Greco, el Museo de Santa Cruz y el Museo del Ejército.
“Es un plan redondo que la gente aprovecha muy bien”, afirma la directora general, que coincide en destacar el éxito de Farcama con la artesana Isabel Cañedo, que se dedica al diseño de piezas de joyería y bisutería, y que afirma: “Llevo viniendo desde el año 2009, durante seis años, y la feria cada vez va mejor”.
Cañedo se refiere al cambio de ubicación de la feria, que se ha traslado del Casco Histórico al edificio Toletvm, y celebra que, pese a su miedo a que dejase de acudir el turista extranjero, “está viniendo más gente de aquí”.
Igual de contento se muestra Enrique Redondo, de Alcázar de San Juan (Ciudad Real), que se dedica a construir gigantes y cabezudos, es decir, es un artesano del cartón piedra que cree que este año va a tener más trabajo, pues hay muchos ayuntamientos -sus principales clientes- que han cambiado de siglas con las elecciones municipales.
“Hay bastante gente, más gente que el año pasado”, afirma Conchi Fernández Abad, de Puente del Arzobispo (Toledo), que se dedica a la venta de cerámica, cuyo proceso de fabricación acaba de ser declarado Bien de Interés Cultural (BIC) por parte del Gobierno de Castilla-La Mancha.
Fernández Abad dice que los clientes “poco a poco van picando” y destaca que el producto más divertido que ofrece es “un plato vuelve tortillas”, hecho de barro y que puede lavarse en el lavavajillas y utilizarse en el microondas.
Hay otros artesanos que, sin embargo, creen que “la crisis dura todavía un poquillo”, como Mariano Saiz, de Villarejo-Periesteban (Cuenca), que vende quesos en el espacio gourmet de la feria, en el que también hay mazapán, vino o cerveza artesana.
“A ver si terminamos ya con esta crisis”, afirma, por su parte, Celina Manteca, de la tienda gourmet de Toledo Dorigen La Mancha, si bien añade que la feria está “más animada” que en años anteriores.
Farcama cerrará sus puertas el próximo domingo 18 de octubre a las 21-00 horas.