Aurora Galisteo
Ciudad Real
Valentín Checa Pelayo (Las Pedroñeras 1986) es un apasionado de la cultura del vino. En la actualidad está en Londres, en la Corte de Master Sommeliers, creciendo profesionalmente y formándose. Inició su formación profesional en Campo de Criptana cursando un Grado Medio de elaboración de vinos y otras bebidas, para seguir con un curso de formación para el trabajo, en la especialidad de sumiller, en la Escuela Superior de Hostelería de Toledo. Empapado de una tradición familiar de ‘maridaje’ bodeguero y hostelero, a los 18 años tenía claro su futuro profesional. Partidario de acercar el mundo del vino a la gente, sin snobismos, Checa afirma que es necesario hacer el mundo del vino más fácil, y defiende la figura del somelier para aumentar el consumo de vino.
Pregunta.- ¿Cómo se siente tras haber sido elegido por tercer año consecutivo Mejor Sumiller de Castilla-La Mancha?.
R.-Estoy muy contento porque cada año es más difícil y el nivel de autoexigencia que me pongo es mayor. Orgulloso de volver a repetirlo, año tras año, sobre todo porque siento mi tierra muy adentro, sobre todo ahora que estoy en Inglaterra y he tenido que dejar todo por hacer posible mi sueño de ser un buen sumiller.
P.-¿Cree que el próximo mes de abril será el Mejor Sumiller de España?. ¿Cómo se ve?.
R.- La verdad es que es muy difícil porque el examen teórico es muy complicado. Creo que este año puedo estar mucho más preparado que en los anteriores. Me he ido a Londres a prepararme mucho mejor. Hace apenas una semana que he aprobado en Manchester el somelier certificate de la Corte de Master Sommeliers (CMS) de Inglaterra y el año que viene voy a ir por el advans, donde el nivel de estudio, de cata y de servicio es mucho mayor.
Yo creo que la preparación va a estar entre este año y el que viene y si no lo consigo habrá que dejar paso. En estos últimos seis meses la preparación ha sido muy buena por lo que creo que puedo confiar en poder estar en el top ten o en hacer un mejor papel con respecto a años anteriores.
P.- ¿Cuánto tiempo lleva en Londres?.
R.- Llevo ocho meses y aquí es donde me estoy preparando con un jefe somelier sueco buenísimo, y con él estoy aprendiendo el oficio y estudiando fuerte.
La Corte de Master Sommeliers (CMS) es una organización que prepara somelieres con un alto nivel de exigencia y con prácticas en sala. Aquí estamos los mejores.
P. -¿Cuáles son sus aspiraciones profesionales?.
R.-Mi aspiración profesional es ser uno de los mejores somelieres. Y de cara al año próximo mi objetivo es seguir formándome en Londres.
P.- ¿Cómo llegó su afición por el mundo del vino?.
R.- Yo llevo desde los 18 años vinculado al mundo del vino. A esa edad empecé a estudiar elaboración de vinos, cursos de somelier, practiqué en el restaurante familiar en Las Pedroñeras, luego me fui a Madrid para trabajar en tiendas de vino, en restaurantes…
Mi abuelo tenía una bodega típica manchega, en la parte de atrás de mi casa en La Mancha, y desde pequeño he paseado por ella con mi padre. Creo que el mundo del vino siempre lo he llevado en mi sangre y lo he respirado. Nuestra zona es el mayor viñedo del mundo, donde la viña es importante, y a mi me sedujo el mundo del vino desde pequeño, es un mundo tan bonito…
P. -El maridaje es cada vez más común en la hostelería. ¿Cree que esto está contribuyendo a poner en valor nuestros vinos?.
R.- El maridaje, la conexión del vino con el plato, es muy importante. Siempre hay que dejarse llevar por el gusto personal, que es lo primero, pero es muy importante conectar el plato con el vino y al revés.
La figura del sumiller es clave para aumentar el consumo de vino; es muy importante porque es el que prueba los platos con el cocinero, el que intenta armonizar, conectar el plato con el vino.
Si a un plato delicado se le pone un vino potente o muy aromático te lo puedes cargar, y al revés también. Pero al final, insisto, lo más importante es el gusto personal de cada uno.
P.- ¿Cómo podemos acercar a la gente joven al mundo del vino?.
R.- Esa es la gran pregunta. Yo creo que debería haber una ley que obligase a los restaurantes y bares a tener cuatro o cinco vinos en la carta. Acercar el consumo del vino a la gente joven pasa porque lo conozcan. Es una pena que la gente joven no consuma vino.
P.- ¿Cuáles son, a su juicio, las fortalezas y debilidades del vino de La Mancha?.
R.- La principal fortaleza es la calidad-precio que tiene. Los precios son irrisorios y por menos de 10 euros puedes degustar un vino de una calidad excepcional.
El inconveniente principal es la falta de somelieres en las salas de nuestra región. Es muy importante que un somelier te sirva el vino, con una buena temperatura, en una buena copa, que te ayude, te asesore y te lo conecte con la comida.
Sí creo que ayudaría a incentivar el consumo de vino la figura del somelier, que haya cada vez más cursos de formación para profesionales de la hostelería. Éste es el camino.
P.- La figura del sumiller en nuestro país no es un moda es que es necesaria…
R.- Claro que sí, sobre todo en Castilla-la Mancha que es el principal viñedo del mundo. En esta tierra tiene que haber más profesionales que se dediquen al mundo del vino. Y el mundo de los somelier puede ser un filón para crear puestos de trabajo. Los pocos que hay en la región trabajamos fuera.
P.- ¿Puede el vino hacer que una comida sea totalmente diferente?.
R.- Por supuesto que sí. Un vino te puede cambiar el enfoque con el que tu estás degustando un plato. Por ejemplo, un arroz de liebre con caza, intenso, con mucha fuerza, con un vino potente, fuerte, manchego, de una variedad syrah, puede hacer que la comida sea mucho más satisfactoria.
«Hay que hacer el mundo del vino más fácil»
P. -Hay mucha gente que cree que en torno al mundo del vino hay mucha tontería…
R.- Por supuesto que sí. La ahí y demasiada. A los clientes no hay que darles lecciones, el cliente debe ser el principal protagonista. Si vamos de sumilleres y lo que queremos es hacerle ver a los clientes que sabemos más de vino que ellos estamos equivocados. Estamos para ayudar en el caso de que el cliente nos pida la recomendación. Si no nos la pide y quiere disfrutar de un vino tinto con un pescado ligero hay que respetar su elección. Creo que el mundo del vino tiene que ser más fácil de lo que es, y hay que hacerlo más fácil; hay que explicar las cosas de forma más sencilla y que todos las podamos entender, con un lenguaje más llano.
P.- ¿Cuál es su vino favorito?.
R.- Uff, que difícil. Me encanta el riesling alemán, me gusta mucho el vino de Jerez, y los tintos me encantan los pinot noir de Francia. El lunes estuve en Bodegas Verum, en Tomelloso, y me gustó mucho el Tempranillo V Seleccionada, un vino que está 18 meses en barrica de roble francés, con una frescura importante y una acidez buena, me ha sorprendido bastante.
P.- Y, a su juicio, ¿cuáles son los mejores vinos de la región?
R.- Podría recomendar un malbec que se hace en La Manchuela, en Bodegas Altolandon, un vino con mucho cuerpo, con potencia, con estructura. También me gusta mucho un blanco fresco, elaborado con la variedad Viura, de Finca Antigua de Los Hinojosos (Cuenca).