Desafortunadamente, la provincia de Ciudad Real no cuenta con toreros que actúen con frecuencia en cosos de la relevancia de Madrid o Sevilla. Por eso, cuando lo hacen, y las circunstancias o los compromisos lo permiten, en LANZA nos gusta presenciar en directo esas tardes cruciales para nuestros toreros.
Eso ocurrió el pasado domingo, día en el que, junto a componentes de su peña de Santa Cruz de Mudela, el arriba firmante se desplazó hasta Sevilla para ver torear al novillero ciudarrealeño Emilio Huertas, quien hacía su segundo paseíllo en la Maestranza, después de que el pasado 11 de septiembre ya cortara allí una oreja sobre la que también dimos cuenta en estas páginas.
Y otra oreja fue lo que el de Santa Cruz de Mudela se trajo de nuevo en el esportón tras su paso por Sevilla. Una oreja –esperemos- de peso, ya que fue fruto de una lidia entregada e inteligente al segundo de su lote. El utrero –muy bien banderilleado por José Otero, que fue quien prendió la mecha al desmonterarse- de la ganadería de El Serrano, fue el mejor de la novillada, sí, pero le faltó clase en la embestida a la hora de meter la cara abajo. Fue por ello por lo que Huertas lo condujo a su altura, acompañando el viaje, sin bajar la mano y evitando así conseguir que cada uno (muleta y toro) fueran por su lado, con el consiguiente desajuste . Además, remató bien las tandas con vibrantes pases de pecho que encendieron los aplausos de los tendidos, y mantuvo a la banda de música tocando durante el último tercio. Y para finalizar, remató con una buena estocada entera arriba a la primera, por lo que el meritorio trofeo fue a parar a sus manos, para satisfacción suya, y de los que allí nos encontrábamos.
Pero igualmente hubo buen toreo con el capote, a la verónica en sus dos recibos, si bien hay que destacar el realizado en el quinto de la tarde por su compás. Y también apuntar, en el apartado “aspectos a mejorar”, su repetición a la hora de torear por chicuelinas. Sería conveniente ampliar con solvencia el abanico de suertes capoteras. Y seguro que lo hará.
Apuntaremos que junto a Emilio Huertas hicieron el paseíllo una poco confiada Conchi Ríos (silencio y palmas), y el debutante con caballos Álvaro Sanlúcar (ovación con saludos y silencio).
Paso adelante pues de Emilio Huertas, un novillero que pretende tomar la alternativa este verano, sin fecha ni plaza aún definida. Ojalá antes de ello pueda pisar plazas de relevancia y tenga la oportunidad de poner de manifiesto que, como rezaba algún titular cibernético, quiere ser torero.
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