Alianza por el Clima, la Coordinadora Estatal por el Tren Público, Social y Sostenible, y Rebelión por el Clima pusieron en marcha, con el apoyo de diferentes organizaciones sociales, sindicales y políticas, una semana, del 18 al 24 de octubre, de movilizaciones descentralizadas por todo el territorio estatal que culminó este domingo con una manifestación en Madrid a la que acudieron en torno a un millar de personas.
Al encuentro acudieron personas de diferentes puntos del país como cierre de una semana en la que se desarrollaron más de cuarenta actos, en los que participaron miles de personas. Más de ochenta organizaciones se adhirieron al manifiesto de la Semana de Lucha por un ferrocarril que vertebre el territorio y enfríe el planeta.
Las organizaciones convocantes denuncian que los sucesivos gobiernos de PP y PSOE han destinado ingentes cantidades de dinero a financiar grandes obras destinadas a la Alta Velocidad con estaciones alejadas de los núcleos urbanos.
Mientras, los trenes regionales y de cercanías, usados por el 95 por ciento de las personas usuarias del ferrocarril, sufren desde hace años un dramático recorte de frecuencias, trayectos, y calidad, al no garantizarse el mantenimiento necesario de las vías. Menos del 4 por ciento del transporte de mercancías en el país se realiza sobre raíles. Los núcleos de población más pequeños han visto cómo los trenes dejaban de parar en sus estaciones, obligando a sus habitantes a utilizar el vehículo privado para desplazarse.
La Semana de Lucha por el Tren también pone atención a la emergencia climática que obliga a poner medidas urgentes para reducir emisiones de gases de efecto invernadero. El transporte es el responsable de casi el 30 por ciento de las emisiones. Y el ferrocarril eléctrico, convencional, es el medio de transporte ideal para reducir las emisiones y mitigar el cambio climático. Para las organizaciones, es incomprensible que el Gobierno no actúe de forma urgente para promover el tren, tanto de mercancías como de pasajeros, para cumplir los compromisos asumidos de reducción de emisiones.
Durante el confinamiento de 2020 se suprimieron servicios regionales. A día de hoy, dichos servicios no se han recuperado, expulsando de esta manera a usuarios habituales del tren, que deben utilizar medios de transporte más contaminantes, porque no pueden ir y volver a su municipio en la misma jornada, como hacían antes de la pandemia.
Las organizaciones convocantes de estas movilizaciones en favor del ferrocarril destacaron que la vertebración del territorio y la lucha contra el cambio climático deben ser las prioridades que orienten las inversiones públicas en el transporte. Promover el ferrocarril convencional es una necesidad urgente para construir una sociedad más sostenible, equitativa y resiliente.
Pablo Muñoz, coordinador de Transporte de Ecologistas en Acción y portavoz de la Coordinadora Estatal por el Tren Público, Social y Sostenible, señaló que “los trenes regionales y de cercanías son fundamentales para la movilidad entre pequeñas poblaciones. Si de verdad el Gobierno quiere hacer frente a la emergencia climática, hay que apostar por el ferrocarril público convencional para pasajeros y mercancías, y dejar atrás la alta velocidad y la carretera”.