Desde que, hace algunos años, se impusiera la costumbre de colocar fundas en los pitones de los toros de saca –es decir, de los que serán lidiados en la temporada- las fotografías de las camadas no son tan espectaculares. La imponente estampa de un toro sin fundas es incomparable. Sin embargo, hace pocas fechas, después de ver incluso a los “victorinos” enfundados hace dos semanas, volvimos a visitar una ganadería en la que esta práctica no se ha instaurado. Se trata de la ganadería de Apolinar Soriano, en plena travesía de Despeñaperros.
La vacada de Apolinar Soriano es fácilmente identificable ya que un toro de Osborne preside su finca, visible en una suave loma del lado izquierdo dirección Jaén a la hora de atravesar el puerto de Despeñaperros. Allí, en una extensión que en su día fue ocupada por mineros, pasta esta ganadería de sangre Núñez a cuyos ejemplares lidiados en 2014 -20 en total en festejos con picadores- toreros como El Cid, Daniel Luque o Curro Díaz les cortaron 25 orejas, 2 rabos y se les concedieron dos vueltas al ruedo. Emilio Huertas lidió uno de los mejores toros de la camada, en Villarrobledo, un ejemplar al que el de Santa Cruz de Mudela cortó dos orejas, lidió con poderío y plasticidad, y para el que se pidió el indulto. Pero no se trata simplemente de que a los toros se les corten orejas –que también- sino que lo hagan mostrando una embestida encastada pero con clase. Y así lo hicieron el año pasado los de Apolinar Soriano, como ocurrió en mayo de 2012 dentro de los límites de nuestra provincia, concretamente en Puertollano, en una tarde en la que sobresalió la clase de Uceda leal y Oliva Soto.
Toros de saca 2015
A falta de concretar, podría darse la circunstancia de que este año viéramos lidiar toros de esta vacada jiennense en alguna de las plazas de Ciudad Real, aunque este extremo está por confirmar. Lo que sí podemos afirmar es que, vistos los toros de saca, se trata de una camada compuesta por tres corridas de toros, en la que las hechuras son casi perfectas. Toros estrechos de sienes pero con seriedad en sus caras. Pitones que se cierran aunque con curva, lo cual les confiere presencia más imponente. Y bajos de cruz para poder perseguir las telas por abajo con el característico tranco de más que siempre se dijo que tiene este encaste.
En suma una camada de auténtico lujo que, por su conformación, promete embestidas para disfrutar del toreo.