El Partido Socialdemócrata (PSD) de Rumanía ha anunciado este jueves su retirada de las conversaciones para conformar una coalición europeísta, aunque su líder saliente y actual primer ministro, Marcel Cioalacu, se ha comprometido a respaldar la instauración de una administración «de derechas».
Ciolacu, que se postuló como candidato para las controvertidas elecciones presidenciales –anuladas por el Tribunal Constitucional entre sospechas de injerencia rusa–, ha denunciado en un mensaje en Facebook las «faltas de respeto» de sus potenciales socios.
«No podemos construir nada con socios incapaces de superar sus propios egos ideológicos», ha lamentado el primer ministro, que ha advertido de la «grave situación» que atraviesa el país. En este sentido, ha confirmado que por «dignidad» se retiran de la mesa de negociaciones pero, por «responsabilidad», facilitarán que haya un nuevo Gobierno «urgentemente».
Uno de los primeros en reaccionar ha sido el líder de los liberales, Ilie Bolojan, quien ha asegurado que su partido está dispuesto a asumir «la responsabilidad en todo este esfuerzo». Su nombre, además del de Ciolacu, había sonado en las quinielas para ser primer ministro de un futuro gobierno.
Bolojan ha remarcado que «Rumanía necesita rápidamente un nuevo gobierno» que redacte unos nuevos presupuestos y «siga atrayendo fondos europeos», ya que retrasar aún más una coalición de gobierno «tendrá un alto coste».
Precisamente, la decisión de Ciolacu de salir de la mesa de negociación vendría motivada, según adelanta la prensa rumana, por algunas de las declaraciones de los liberales a los medios de comunicación, en las que le cuestionaban su capacidad para estar al frente otra vez del nuevo gobierno.
No obstante, algunas voces dentro del Partido Nacional Liberal han manifestado que a pesar de todo confían en que «la madurez» prevalezca en todo este asunto y los socialdemócratas den marcha atrás y vuelvan a la mesa de negociación.
«Creo de todo corazón que ganará la madurez», ha dicho el senador liberal Daniel Fenechiu, para quien «la única solución» de garantizar «la estabilidad» es formar un gobierno entre socialdemócratas, liberales y las minorías, sin descartar tampoco la presencia de los conservadores, fuera de las últimas reuniones, informa Digi24.
Por su parte, la ultraderecha ha intervenido en la actual crisis política erigiéndose como una propuesta para formar gobierno «digna de confianza». El líder de Alianza por la Unidad de los Rumanos (AUR), George Simion, ha asegurado que las aspiraciones de su partido no están reñidas con las de los socios de Rumanía.
«Garantizamos a los socios euroatlánticos que Rumanía aceptará sus compromisos y las políticas futuras estarán en línea con las de nuestros colegas del centro derecha de Italia», ha escrito en su cuenta de X.
Mientras, la controvertida líder de S.O.S. Rumanía, Diana Sosoaca, una de las principales figuras antivacunas durante la pandemia del coronavirus en el país y defensora de la salida de la Unión Europea, ha dicho que es el momento de «entregar el gobierno a los soberanistas» aunque sea en minoría.
EL PRESIDENTE RUMANO PIDE ACABAR CON LAS RENCILLAS
El presidente rumano, Klaus Iohannis, ha pedido a todos los partidos políticos que dejen atrás sus «pequeñas disputas» y formen un nuevo gobierno cuanto antes. «Lo último que Rumanía necesita es una crisis gubernamental y parlamentaria prolongada», ha advertido.
«Es hora de que cada líder se considere un estadista y se siente en la mesa de negociaciones para tener un gobierno lo más rápido posible. Un gobierno que empieza a hacer el presupuesto para el año que viene, que empieza a organizar las elecciones presidenciales», ha reclamado el presidente rumano.
«Lo importante son los ciudadanos rumanos y no las pequeñas disputas entre políticos. Pido que superemos rápidamente las diferencias (…) Convocaré consultas en los próximos días», ha anunciado.
El PSD fue el partido más votado en las elecciones parlamentarias del 1 de diciembre, con una ventaja de cinco puntos sobre la ultraderechista Alianza por la Unidad de los Rumanos (AUR). Del futuro Ejecutivo depende resolver la crisis abierta tras la anulación de la primera vuelta de los comicios presidenciales, en los que se impuso contra pronóstico el ultranacionalista Calin Georgescu.