El expresidente ruso y actual vicepresidente del Consejo de Seguridad del país, Dimitri Medvedev, ha advertido este miércoles a las autoridades rusas de que si siguen adelante con su ofensiva sobre la región de Kursk “habrá muchos más gastos sin sentido, mucho más equipo militar dañado y radicalmente más ataúdes”.
“Que los desafortunados siervos ucranianos besen voluptuosamente las manos ensangrentadas de los necrófilos que se burlan de ellos, sus amos anglosajones”, ha remachado un Medvedev que carga contra líderes occidentales por “regocijarse” de esta operación ucraniana en suelo ruso.
Por otro lado, ha señalado que Rusia no negociará con Ucrania hasta que esté “completamente derrotado”, más aún después de los últimos acontecimientos en la guerra con la citada ofensiva ucraniana sobre Kursk y también con el reciente intento de ataque masivo contra Moscú.
“Después del acto terrorista de los neonazis en la región de Kursk, todo encajó. Se acabó la charla inútil de intermediarios no autorizados sobre el tema de un mundo hermoso. Ahora todos lo entienden, aunque no lo digan en alto. Entienden que no hay más negociaciones hasta que el enemigo sea completamente derrotado”, ha manifestado Medvedev en su canal oficial de Telegram.
Respecto a la situación de las negociaciones de paz con Ucrania, la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, Maria Zajarova, ha señalado que la ofensiva ucraniana sobre Kursk limita las opciones de iniciar conversaciones con Kiev, según informaciones recogidas por la agencia de noticias TASS.
“¿Quién negociará con ellos después de esas atrocidades, del terror que están causando contra los civiles, la población civil, la infraestructura civil y otros objetos pacíficos?”, ha cuestionado Zajarova, que ha catalogado la ofensiva sobre Kursk como “un ataque terrorista”.
“El intento de las Fuerzas Armadas de Ucrania de invadir nuestro territorio, una vez más enfatizaré lo dicho por los líderes rusos, cancela ‘a priori’ la posibilidad de cualquier negociación con la junta de bandidos”, ha aseverado la portavoz de la diplomacia rusa.
Zajarova ha reprochado que desde Kiev se aluda a los ataques sobre Kursk como una forma de lograr una “zona de amortiguamiento” con Rusia, y también como una estrategia para forzar las negociaciones. “¿Cómo encaja una cosa con la otra?”, ha cuestionado la funcionaria rusa.
El Ejército de Ucrania lanzó a comienzos de mes una incursión terrestre sobre Kursk a través de la región ucraniana de Sumi, ubicada en la frontera. Tras varias semanas de ofensiva, Kiev asegura haber tomado el control de 93 localidades y más de 1.250 kilómetros cuadrados de territorio ruso.
Moscú, por su parte, ha asegurado que dará una contundente respuesta a esta ofensiva ucraniana, la primera desde el inicio de la guerra. Además, ha cifrado ya en más de 4.100 los militares ucranianos muertos y habla de cientos de vehículos blindados y decenas de carros de combate destruidos.