El paquete fiscal del PSOE que incluye el nuevo impuesto a la banca y la reforma del de Sociedades sigue sin los apoyos de Sumar, socio minoritario del Gobierno, y de varios aliados parlamentarios como ERC o Bildu, por lo que se tendrá que decidir por votación el próximo lunes en la Comisión de Hacienda del Congreso.
La reforma tributaria del ala socialista del Gobierno ha empezado a estudiarse este miércoles a puerta cerrada en el Congreso, en su fase de ponencia, y ha superado el trámite dejando las espadas en alto, pues sólo se han incluido enmiendas de carácter técnico que nada tienen que ver con el gravamen a la banca y las energéticas.
En concreto, la ponencia ha aprobado por mayoría incluir a la ley, cuyo objetivo principal es fijar un impuesto mínimo global del 15% para empresas multinacionales, solo cuatro enmiendas del PSOE relacionadas con este nuevo tributo que nace de la transposición de una Directiva Europea.
El resto de enmiendas para mantener el impuesto a la banca, subir la fiscalidad al tabaco, gravar a los vapeadores, reformar el Impuesto de Sociedades o subir las rentas del capital, se han dejado fuera del informe para que se debaten el lunes en la Comisión de Hacienda, una reunión que ya será a puerta abierta.
“PATADA ADELANTE, Y YA VEREMOS”
En esa reunión de la próxima semana se decidirá el futuro del paquete fiscal ante la imposibilidad de alcanzar un acuerdo generalizado ante la división del bloque de investidura, pues Junts quiere eliminar el tributo a empresas energéticas y Sumar, ERC, Bildu y Podemos exigen mantenerlo ante los beneficios récords que han registrado empresas del sector.
“Patada adelante, y ya veremos”, dicen fuentes parlamentarias sobre la reunión acontecida este miércoles, donde también se ha conocido que el Gobierno ha levantado el veto a 16 enmiendas por motivos presupuestarios para que se puedan debatir el lunes.
UN NUEVO IMPUESTO A LA BANCA SUAVIZADO
Así, la próxima semana se debatirá un paquete de propuestas que incluye el pacto suscrito entre PSOE y PNV para convertir el gravamen a la banca en un impuesto sobre el margen de intereses y las comisiones de las entidades, para que así pueda ser gestionado por las haciendas forales y permita suavizarse.
Está diseñado con un nuevo carácter progresivo que irá del 1% al 6% en función de la base liquidable y permitiendo la deducción del 25% de la cuota de Sociedades.
Y también resulta relevante lo que no está en esas enmiendas. Y es que el PSOE ha obviado en sus propuestas el gravamen extraordinario sobre las empresas energéticas, que si no se remedia decaerá el próximo 31 de diciembre, lo que ha generado el enfado del socio minoritario del Gobierno, Sumar, y otros aliados parlamentarios como ERC, Bildu o Podemos.
Estas formaciones defenderán sus enmiendas para convertir en permanentes los impuestos a banca y energéticas, y algunas formaciones ya han aseverado que la permanencia del tributo energético es una línea roja para dar su apoyo al proyecto de ley del Gobierno.
Una posición que colisiona con la de Junts, que avisó que no apoyaría la permanencia del tributo a las energéticas si esto perjudicaba una inversión de 1.100 millones de euros en Tarragona por parte de Repsol en un proyecto para convertir residuos urbanos en combustible.
De su lado, el PNV no está en contra de mantener el gravamen a energéticas siempre que introduzca algunas deducciones y se convierta en un impuesto para que Euskadi y Navarra puedan gestionarlo.
Pero estas propuestas de los socios del PSOE sólo podrán salir adelante con el apoyo de los socialistas, y lo que estos han pactado con PNV y Junts, dada la oposición de la izquierda, necesita el respaldo del PP para prosperar. Es decir, este panorama de división en el bloque de investidura deja al PP como árbitro en la comisión y sus votos serán determinantes para decidir el futuro de las enmiendas registradas.
EL PSOE NO PUEDE PERDER EL VOTO DE NINGÚN SOCIO
La oposición del PP y Vox a la política fiscal del Gobierno de coalición obliga a que todos los socios de investidura respalden con su voto el resto de enmiendas planteadas por el PSOE, que quiere aprovechar esta ley para acometer una reforma fiscal de calado, con nuevas figuras tributarias y modificaciones relevantes en el Impuesto de Sociedades.
En concreto, los socialistas han registrado enmiendas para eliminar, a partir del 1 de abril de 2025, la bonificación que tenía el diésel frente a la gasolina, aunque sin afectar al gasóleo profesional. La idea es introducir un mecanismo para rebajar la tributación que se activará si durante dos meses consecutivos la media del precio del diésel supera los dos euros por litro y la media de cotización del barril de Brent se incrementa ese segundo mes por encima de la media del mes anterior.
Asimismo, hay enmiendas del PSOE para exigir el pago anticipado del IVA de los hidrocarburos y así luchar contra el fraude que los ‘missing traders’ realizan en la importación de este producto.
NUEVOS IMPUESTOS A LOS VAPEADORES Y REFORMA DE SOCIEDADES
Otras medidas fiscales que los socialistas quieren introducir es un nuevo impuesto sobre los líquidos para cigarrillos electrónicos y otros productos relacionados con el tabaco como vaporizadores o bolsas de nicotina. Asimismo, se pretende actualizar la fiscalidad de los impuestos sobre las labores del tabaco, con el objetivo de elevar el precio de estos productos y así desincentivar su consumo.
El PSOE también busca una reforma del Impuesto de Sociedades para contrarrestar la sentencia del Tribunal Constitucional que declaró la nulidad parcial de una reforma sobre este tributo que ejecutó el exministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.
Así, se establece de nuevo un límite a las grandes empresas o grupos empresariales para aplicar deducciones para compensar las bases imponibles negativas. El límite es del 50% por ejercicio para las empresas con una cifra de negocio entre los 20 millones y los 60 millones de euros y del 25% para aquellas que superaran los 60 millones.
En otra enmienda del PSOE, que Junts dice que se ha negociado con ellos, se propone rebajar de manera progresiva este impuesto a empresas cuyo importe neto de la cifra de negocios sea inferior a un millón de euros. Frente al 23% que se grava a estas empresas en la actualidad, el Grupo Socialista propone rebajar el impuesto para que la parte de base imponible comprendida hasta los 50.000 euros se grave a un tipo del 17% en 2027, y la restante al 20% en 2029.
A esto se suma otra enmienda para que las compañías puedan deducirse hasta un 20% del importe neto del incremento de sus fondos propios, frente al 15% actual, con la idea potenciar la capitalización empresarial mediante el incremento del patrimonio neto.
ENMIENDA A LA INCAPACIDAD PERMANENTE Y LAS RENTAS DEL CAPITAL
A estas enmiendas se suma otra para que la pensión por incapacidad permanente absoluta o de gran invalidez sea compatible con un trabajo que requiera estar inscrito en algún régimen de la Seguridad Social.
El Grupo Socialista también introduce enmiendas para incrementar en un punto la tributación de las rentas del capital superiores a 300.000 euros, pasando del 28% al 29%.
La última medida fiscal a destacar es el compromiso de impulsar en la UE la modificación de la Directiva del IVA, con el objeto de gravar este impuesto a las plataformas de arrendamientos de vivienda turística, como Airbnb, en zonas donde la abundancia de estos alojamientos dificulta el acceso a una vivienda o en zonas saturadas. Es el llamado paquete ViDA (VAT in the Digital Age), que el Gobierno considera “una prioridad”.