La Policía Local de Valencia ha encontrado los restos de un hombre que podría llevar 15 años fallecido en su piso de Valencia.
Según han adelantado medios locales como ‘Levante-EMV’, el edificio donde residía el varón, situado en la calle Luis Fenollet, ha sufrido un atasco en el desagüe debido a las lluvias de estos días en Valencia, lo que ha inundado la terraza de la vivienda en la que se ha hallado el cadáver.
Han sido los vecinos del edificio los que han llamado a la Policía Local, que no ha confirmado el motivo del fallecimiento.
A la vivienda han acudido Policía Local y Bomberos y, posteriormente, Policía Nacional, quien se ha hecho cargo de la investigación.
Por su parte, El País ha publicado que los restos encontrados pertenecen a un octogenario originario de Ciudad Real, que responde al nombre de Antonio F. J.
La Policía Nacional, que ha asumido la investigación, maneja la hipótesis de la muerte natural, según fuentes conocedoras de las pesquisas. Rama M, su vecino de abajo, recuerda que, cuando los agentes entraron en la vivienda, la puerta no estaba forzada y estaba echada la cadena interior.
Los residentes del inmueble llevaban años sin saber de él. Pensaban que estaba en una residencia. Al entrar en la vivienda, los agentes encontraron el cuerpo de un hombre vestido en el suelo de una de las habitaciones del inmueble. El hombre habría fallecido por causas naturales.
La víctima tenía dos hijos, un hombre y una mujer, con los que no tenía contacto. Tampoco mantenía relación con su exmujer ni con ningún otro miembro de su familia desde hace 35 años. “Ha estado 35 años sin contacto con nadie”, explica una fuente de la Policía Nacional.
Según la información publicada por El País, la vivienda donde residía el hombre estaba al corriente de pagos con la comunidad de vecinos. Tras acumular durante años una deuda de 11.000 euros, el administrador de la finca denunció al fallecido. Un juzgado ordenó el embargo de sus cuentas. Y la comunidad siguió cobrando las cuotas, pese a que el vecino había muerto, que apunta a que habría ocurrido lo mismo con el abono de suministros como el agua y la luz.
Un hecho que explica por qué no se activaron las alarmas sobre el fallecimiento de la víctima. La Seguridad Social habría seguido abonando al fallecido su pensión tras su muerte.
