Bienvenida a la Valdepeñas de los comercios olvidados; los que languidecen en cada esquina. A la de aquellos que sobreviven a duras penas y que, en el peor de los casos, acaban cerrando sus puertas. Bienvenida a la Valdepeñas del envoltorio; de la falta de oportunidades para prosperar y sacar adelante una familia.
Solo hay que darse una vuelta por esta “preciosa” localidad para ver el lenguaje oculto tras la apariencia y tras el generalizado “pero qué bonito está el pueblo”; tras la ilusión del prestidigitador. Solo hay que pasear por sus barrios, por sus calles y plazas para darse cuenta de la realidad. El pequeño comercio desaparece. Y no sólo los comercios de toda la vida. Muchos de los negocios que osan abrir sus puertas en este bonito páramo laboral mueren prematuramente.
Este nada extraño suceso es el fiel reflejo de ese mal que lleva cuajándose durante años en las entrañas de nuestra maltrecha economía local. Es el fiel retrato de una gestión ineficaz y errónea, que no ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos ni a la deseable economía sostenible y que ha perpetuado modelos de empleo precario basados en el “ladrillo” y el sector servicios. Esto es como la pescadilla que se muerde su cola: quien siembra vientos recoge tempestades.
Valdepeñas, ese bonito lugar, según se oye, ese bonito espejismo de La Mancha cuyo nombre se acaba por olvidar por no tener mucho que ofrecer. El cementerio de los comercios olvidados crece rodeado de una surtida algarabía de rotondas y estatuas, de circos que entretienen al público y de rosas rojas que solo florecen cada cuatro años.
Afortunadamente, tal y como señala nuestro instructivo refranero español, “torres más altas han caído”.
No esperemos otros cuatro años más para darnos cuenta de que el poder reside en el pueblo; de que en Valdepeñas tenemos el derecho y la obligación de escribir nuestra propia historia. No permitamos que sean otros quienes dirijan nuestras vidas. Ha llegado el momento de poner fin al modelo que el socialismo de Jesús Martín representa. Es Ahora. Vota Podemos-Equo.