Mientras la alcaldesa de Ciudad Real, Pilar Zamora, retomaba la actividad municipal, dos meses después de anunciar su baja laboral tras ser diagnosticada de cáncer de mama, se iban conociendo los últimos nombres de las ministras -y los ministros- que componen el gobierno que preside Pedro Sánchez, tras ganar una moción de censura presentada a Mariano Rajoy y ser apoyada por todos los grupos del Congreso, salvo el de Ciudadanos.
La composición del nuevo gobierno impulsado por Sánchez ha sorprendido por su carácter modernizador, europeísta y transversal. Pero también, y sobre todo, por sintonizar de lleno con el sentir ciudadano que se expresó mayoritariamente en la calle el pasado 8 de marzo, al ir más allá de la paridad anunciada como demuestra que el grueso del poder esté depositado en mujeres, algo insólito en este país y para lo que ha sido necesario que pasaran más de 40 años.
Con su apuesta feminista, Sánchez ha dado por completo la vuelta al todavía tibio papel de la mujer en puestos de poder en este país. Pese a las numerosas iniciativas que se han puesto en marcha, el presidente del gobierno ha pasado sin complejos de la teoría, de las propuestas, a la acción lo que, sin duda, tendrá consecuencias irreversibles en la sociedad y dan pie a la esperanza en que la incorporación de las mujeres a los puestos de decisión será una realidad indiscutible. De entrada, algunos de esos avances ya se han producido en el uso del lenguaje. Vean si no el cambio a “Consejo de Ministras”.
Composición y currículum
La realidad es que desde la salida del Gobierno del Partido Popular, los acontecimientos políticos se han sucedido a una gran velocidad no ausente de cierto asombro como puede ser la propia composición del gobierno y el currículum profesional de sus integrantes. La perplejidad, sin embargo, no impide ver ciertas señales que apuntarían en la dirección de que otra forma de gobernar puede posible. Se desprende, por ejemplo, del perfil impecable de las ministras y ministros y del compromiso que han adquirido al aceptar formar parte de este gobierno, desmontando con su decisión muchas de las críticas a Sánchez tras ganar la moción y los apoyos recibidos así como por el número de escaños en el Congreso.
La alcaldesa de Ciudad Real, declarada feminista, se mostraba satisfecha por el número de mujeres que integran el nuevo gobierno y las carteras que desempeñan mientras se mostraba confiada en que la sintonía con el ejecutivo de Sánchez redundará de manera positiva en los proyectos que tiene Ciudad Real en marcha. Pese a la intervención quirúrgica a la que se ha sometido y el tratamiento que sigue, Zamora ha optado por regresar a la primera línea política coincidiendo precisamente con el cambio de Gobierno en España.
Retoma la actividad municipal porque se encuentra con fuerzas para ello y porque entiende que puede hacerlo aún cuando sabe que este momento exige de gran dedicación por los proyectos que tiene en marcha el Ayuntamiento y porque ha comenzado la cuenta atrás para las elecciones municipales del mayo del próximo año.
Combativo y luchador
Su regreso es consecuencia, sin duda, de su mejoría pero también de la fuerza que le provoca estar al frente del Ayuntamiento. Considero, además, que es fruto de un estado de ánimo combativo y luchador como se desprende del símil deportivo que utiliza para definir la situación por la que ha pasado recientemente: “estar en casa era como estar en el banquillo sin estar lesionada; por eso estaba deseando de salir al campo a jugar (…) Tener el reto de reincorporarte laboralmente da mucha fuerza. El cáncer de mama no es un condena, se cura. Y mientras haya fuerza y la salud lo permita no tiene sentido quedarse encerrada en casa”, asegura.
Ese mismo día en que se dibujaba un tiempo nuevo, otra mujer, la presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor, eludía en Ciudad Real hablar de candidatos a la presidencia del Partido Popular tras la crisis abierta en su formación por la salida del Gobierno. Ponderaba la figura y el papel de Mariano Rajoy al frente del Gobierno, junto al del ex presidente Adolfo Suarez mientras apelaba a la “unidad” y al “espíritu de concordia” del 78. Pastor recordó el consenso que lograron los padres de la Constitución pese a las diferencias y mandó un “mensaje de confianza” a los españoles para que “unan fuerzas” y contribuyan a construir la “España del futuro”.
Entramos en otro tiempo, sin duda.