Informe FOESSA, Informe BBVA, Tasa AROPE o Informe EAPN son algunos de los documentos a los que, de manera especial, prestamos atención ahora más que nunca. Nos estamos haciendo ex-pertos en siglas, nos estamos inmunizando a los malos datos y lo peor, nos estamos acostumbrando a que nos digan que tenemos que apretarnos el cinturón, más allá del último agujero y a echarle la culpa al Covid-19.
Pongamos nombre a las cosas, pongamos cada cosa en su lugar. Efectivamente, el pasado 14 de octubre se presentaba ante el Congreso el último informe anual de la EAPN, es decir, el último Infor-me sobre el Estado de la Pobreza de la Red Europea de la Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social. Más de 155 páginas que hacen una radiografía de la situación de pobreza que estamos vivien-do y que tristemente se resumen en una sola frase: aumentan las personas pobres.
Esto podrían ser palabras huecas si no vinieran acompañadas de datos, en concreto malos datos para España y peores aún para Castilla-La Mancha, en tanto que un 27,8% de la población española, es decir, más de 13 millones de personas, viven en situación de pobreza y exclusión social, 380.000 per-sonas más que en 2020, lo que sitúa a España como cuarto país en Europa con más personas pa-sándolo mal, por debajo de Letonia, Rumanía y Bulgaria.
También los castellanomanchegos somos cada día más pobres, en concreto la tasa AROPE que ha-ce referencia al porcentaje de población que se encuentra en riesgo de pobreza y exclusión, en Casti-lla-La Mancha se sitúa en el 32,5% (665.000 personas), cuando la media nacional es de un 27,8%.
Hablar de pobreza puede ser un concepto muy amplio, pero si lo bajamos a cuestiones concretas, ahí ya se ve más cerca, y podemos comprender cómo afecta a muchas personas y familias. ¿Ayuda a llenar el carro de la compra tener como tenemos en España un 10,6% de inflación? Evidentemente no, como tampoco lo hace que dos provincias de Castilla-La Mancha, Toledo y Ciudad Real, estén entre las tres que lideran la inflación en España.
Tal es la situación de las familias en nuestra región que el 9,2% de los hogares de Castilla-La Mancha llega a fin de mes con mucha dificultad y crecen los hogares donde no pueden comprar carne, pollo o pescado cada dos días, pasando de un 3,5% al 4,5%.
Si hay un tema que preocupa especialmente y que se ha convertido en un quebradero de cabeza pa-ra los hogares en situación más vulnerable es la vivienda, tanto es así que el 36,2% de las personas en esta situación gasta más del 40% de su renta en la vivienda, y el 14,3% de la población española no puede mantener su hogar a una temperatura adecuada.
También en Castilla-La Mancha el 7,8% de la población tiene gastos de vivienda superiores al 40% de su renta disponible, y entre las personas pobres esta cifra se triplica y llega hasta el 25,1%.
Con este panorama, ¿quién puede ahorrar? La respuesta es que pocas personas, muy pocas, solo uno de cada tres ciudadanos consigue ahorrar más de un 10% de lo que ingresa y 7 de cada 10 no podrían asumir un gasto imprevisto de 1.000 euros con su salario mensual y, es que, bastante cuesta llegar a fin de mes, como para echar euros en la hucha, y encima los “cuatro duros” como dirían nuestros mayores que tenemos en el banco, se los va devorando poco a poco ese monstruo llamado inflación.
La triste realidad es que hoy en día, tener un buen nivel educativo o tener un trabajo, aunque siguen siendo factores de protección, han dejado de ser garantías para evitar la exclusión, y consecuencia de ello es que ha aparecido un nuevo perfil de pobreza, son las “personas pobres aun teniendo empleo y personas pobres con estudios medios y/o universitarios”, a ver cómo le digo a mi sobrino que no quie-re estudiar que se saque la ESO cuando lo cierto es que 1 de cada 3 personas pobres lo son a pesar de tener un empleo o ser licenciados.
Estos datos de empobrecimiento en Castilla-La Mancha y en España se hacen cada día tangibles en las personas que acuden a entidades como Cáritas, Cruz Roja y muchas otras en busca de ayuda, y donde no son un número en una estadística, son ciudadanos que sufren por no poder cubrir sus nece-sidades básicas diarias, cuando hasta hace nada eran capaces de valerse por sí mismas. Esto está sucediendo, está aumentando el número de personas y familias que hasta ahora podían llevan una vida más o menos holgada, pero que entre el encarecimiento de la luz, del gas, de la cesta de la com-pra y muchas cosas más, aun ahorrando en gastos quitando a los niños de las extraescolares, aun buscando marcas blancas, aun suprimiendo poderse ir unos días de vacaciones, aún con eso y mu-cho más, no les cuadran las cuentas.
Estamos acostumbrados a escuchar que la culpa de esta situación es de la pandemia, pues no, el Covid-19 causó mucho dolor y muchísimos fallecimientos, pero por sí mismo, no causa pobreza. Esta situación que padecemos la causa una mala gestión de nuestros gobernantes, y en Castilla-La Man-cha por partida doble, con el Sr. Sánchez y el Sr. Page.
Pero eso sí, ni le mencionemos al Sr. Page que nos devuelva vía reducción de impuestos los 500 mi-llones de euros que los castellanomanchegos ya hemos pagado por la alta inflación, porque entonces ya se encargará de decir que eso sería destruir el estado del bienestar, sin llegar a entender que mu-chas familias en este momento, no tienen precisamente bienestar y sosiego en sus días, porque cada uno de esos días es precisamente un reto por superar.
Es evidente porque todos los datos lo demuestran, que con Page hay más pobreza y más miseria en Castilla-La Mancha que en el resto de España.
Urge ayudar a las familias y a las empresas a reducir el impacto que están sufriendo por el incremen-to de los precios, esperemos que propuestas como mejorar la competitividad de nuestras empresas para que generen y mantengan el empleo, bajar impuestos y reducir el IVA de productos básicos sean tenidas en cuenta para ayudar a los hogares.
*Coordinadora Área de Bienestar y Políticas Sociales. Consejo Político Partido Popular de CLM