Si miramos hacia atrás, vemos que el reconocimiento a su dedicación es merecido, pues en estos 36 años no han hecho otra cosa que crecer, crecer y crecer, hasta ese último gran logro: que esta fiesta, la semana de la zarzuela, fuera reconocida hace unos años como fiesta de Interés Turístico Nacional aumentando así nuestro patrimonio cultural y haciendo que el cariño por este género lírico chico nos recuerde que somos un pueblo grande, de hecho a ellos les debemos que la Zarzuela sea nuestro distintivo en el panorama cultural nacional, somos La Solana: La Villa de la Zarzuela, ubicándonos en el mapa cultural.
Una vez leí que “si hay un género castizo ese es la Zarzuela, que nos presenta una historia que no está en los libros de texto, que no podemos aprender al uso, porque es la historia del día a día, que va ligada a las tradiciones a lo cotidiano, la historia de lo nuestro…Además ¿Cuántas veces hemos oído que los Solaneros hablamos cantando? Pues claro, ¿Cómo no? Así tiene que ser, pues uno de los rasgos diferenciadores de la Zarzuela es que se compone de partes habladas y partes musicales y cantadas. Al margen de anécdotas, es cierto, que cuando cualquiera de nosotros, solaneros y solaneras pensamos en la Zarzuela, evocamos “La rosa del azafrán”.
Me atrevo a decir que la favorita para la mayoría de nosotros, y lo es, porque es nuestra, porque es el regalo que Federico Romero y Jacinto Guerrero nos hicieron cuando se inspiraron en La Solana para su creación, contagiándonos un poquito de ese amor por este género lírico tan nuestro, pues como dice esa célebre frase: uno pertenece a donde se le ama, se le siente, en ocasiones se le extraña y siempre se le demuestra, y esto es lo que nos hace sentir la Zarzuela a nosotros, a su villa y eso es lo que debieron sentir los autores de nuestra Rosa del Azafrán, nuestra zarzuela por excelencia.
*Portavoz del grupo municipal de Cs La Solana