Cuenca, como quien más y quien menos sabe, es una capital de provincia equiparable en población y circunstancias a Ciudad Real.
Desde hace algunos años, venimos teniendo la fortuna de asistir a su feria taurina, la cual goza de una salud absolutamente envidiable, como resultado de una gestión brillantemente estable.
Porque la estabilidad, no nos engañemos, supone un factor de confianza fundamental para ambas partes en cualquier tipo de relación.
En el caso conquense cuentan con un empresario, Maximino Pérez, comprometido en cuerpo y alma con su feria, actuando de auténtico apoderado de su afición, la cual, a su vez, apoya su gestión convirtiendo a Cuenca en la tercera plaza de España en cuanto a número de abonados, solo superada por Madrid y Pamplona.
Asistir a un festejo taurino en Cuenca puede suponer un acto de trascendencia emocional, como es nuestro caso, o una ocasión festiva para quien así lo quiera afrontar, tanto por el ambiente que consiguen insuflar las peñasde sol y los repletos tendidos de sombra, como por los tenderetes colocados en el Paseo de Chicuelo II que da acceso al coso.
Pero es que, una vez concluido el festejo, los bajos de la plaza se convierten en lugar de encuentro para todo aquel y aquella que quiera comenzar la velada en la propia plaza, con música y barras donde poder comentar la corrida o, simplemente, tomar un refrigerio del tipo que sea.
En la capital castellano manchega se respira feria taurina en todos lados. Las múltiples conversaciones que se escuchan en los comercios conquenses -bares, restaurantes, hoteles, panaderías…- o las que te cruzas por la calle, tienen un alto porcentaje de contenido taurino, referido o bien al festejo del día anterior o al del mismo día; o al del día siguiente, que para eso este año ha habido festejos taurinos de distintos pelajes durante toda una semana.
Lo único que echamos en falta es la celebración de encuentros taurinos, algo que, desde hace muchos años, sí disfrutamos en Ciudad Real, con las magníficas tertulias organizadas por el Ateneo Taurino Manchego en el hotel NH.
Maximino Pérez, con su empresa Maxitoro, lleva mas veinticinco años en Cuenca, y por delante le quedan, si no hay cambio brusco, los que quiera.
Es indudable que una feria saludable supone un impulso para una ciudad, cuya imagen de cara al exterior gana crédito y vistosidad, al margen del gusto o no por la Tauromaquia del equipo de gobierno en curso.
Los toros son -ahí están los datos objetivos- el espectáculo que mayor asistencia de público registra durante la feria de Ciudad Real, siendo, no lo olvidemos, un espectáculo nada barato. Por tanto, merecen la máxima consideración, independientemente de la inclinación taurina o no del ala política que se encuentre al mando del consistorio en cada momento.
Qué bonito -y beneficioso a todos los niveles- sería poder contar en Ciudad Real con una gestión similar. Estable. Seria. A largo plazo.
Por supuesto hablar es muy fácil, y pocas cosas son tan materializables como nos gustaría. Sin embargo en Cuenca se ha logrado. ¿Por qué no podría darse en Ciudad Real?
*Crítico taurino de lanzadigital.com
