En 2001, con motivo del 50 Aniversario de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951, la Asamblea General de Naciones Unidas designó el 20 de junio como el Día Mundial del Refugiado. A lo largo de la historia, la gente se ha visto forzada a abandonar su país de nacimiento en busca de seguridad, contra las persecuciones, violencia y conflictos armados, siendo en el siglo XX cuando los Estados reconocieron que era necesario proteger a los refugiados de una manera global y coordinada.
Pero hoy en día estas políticas están dejando a millones de personas migrantes y refugiadas en una extrema situación de desprotección y vulneración de derechos.
Esta crisis humanitaria que se vive, está más de actualidad con la llegada del “Aquarius”, siendo una decisión positiva por parte del nuevo Gobierno Español, la llegada del barco a nuestras costas, pero no basta con dar protección a un barco, sino que la UE deje de dar la espalda a las personas refugiadas e impulse políticas de protección de las personas que se desplazan y así mejorar el sistema de acogida, pues acoger significa involucrar y convertir en parte activa de nuestra sociedad a las personas que llegan. Una acogida sin integración no es una acogida completa.
En el momento actual y según datos de ACNUR, hay más de 65 millones de personas que se han visto obligadas a dejar sus hogares y buscar protección bien dentro del propio país (desplazados internos) o bien en un tercer estado (refugiados), que se ven obligados a cruzar la frontera.
En la actualidad los principales conflictos se están produciendo en Siria, Afganistán, Somalia, Sudan del Sur, Sudán, República Centroafricana y otros como el que sufre Yemen. La mayoría de estas personas se han visto obligadas a convertirse en refugiadas, ubicándose en campos de refugiados en países africanos, que es donde se encuentran mayor número de personas.
Todas estas personas han salido de sus países con sus familias, han dejado su casa, trabajo, amigos, han dejado una vida e incluso han perdido a seres queridos, en muchos casos salen agazapados, con temor a ser descubiertos, partiendo a un destino en donde saben que, al menos, sus hijos estarán a salvo.
Por ello es necesario que se cumplan los acuerdos sobre reubicación y reasentamiento que se adoptaron por los Estados de la U.E, ya que solo han cumplido el 33% de sus compromisos. Ese plazo expiró el día 26 de septiembre del pasado año, acogiendo España a un 11.4% de la cuota pactada.
Desde Mancha Acoge queremos hacer un llamamiento tanto a las instituciones como a las personas particulares, ya que no podemos mirar para otro lado y enterrar a estas personas en el olvido. ¡No cerremos los ojos a la tragedia!
