Encierro que partiendo de una iniciativa cineasta, ha querido “revivir” aquellos encierros del 1979 y 1984 (principalmente), donde hace ahora 35 años se encerraron, también, once mineros, para reivindicar, pedir y solicitar, un cambio y mejoras, tanto económicas como de condiciones de trabajo. Algo se consiguió, aunque como siempre, no tanto como merecían. Y las minas siguieron funcionando todavía, por casi otros veinte años.
Ahora ya no tenemos minas, y aunque algunos piensen que esto viene a “destiempo”, siento discrepar con éste asentimiento; ya que “JAMÁS CADUCAN LOS DERECHOS DE UN PUEBLO”.
Por lo tanto, y aunque además de la diferencia en el tiempo; existan diferencias en “topografía” y profundidad minera, entre el encierro actual y con el de aquellos mineros, creo que en una cosa sí estaremos de acuerdo, y es que ambos han sido una lucha por derechos, ya que ahora, aunque no tengamos minas, se está luchando por nuestro pueblo (reindustrialización, sanidad, creación de empleo, comunicación y más derechos).
Así que no tengo por menos que felicitar a esos once jóvenes que han protagonizado este encierro. Y aunque no nombre a todos ellos (porque sería injusto que no nombre también a todos aquellos “viejos mineros” de los anteriores encierros; y para eso existen otros estamentos). Aunque no tengo por menos que recordar a mi cuñado Valen, Valentín del Burgo, que participó en el primer encierro (1979), y a Emilio González que participó en el segundo (1984). Así que felicitaré a todos ellos.
Y mi enhorabuena especial a “Chico Pereira”, que posiblemente, con su idea del documental, haya sido el “germen” de este encierro, así como a “Ode”, Emilio y Luismi Oviedo (como representantes de ellos). Sin olvidar, por supuesto a las cuatro “mujeres mineras”, que secundaron este encierro (Nati, Raquel, Cristina y Celia) que con la otra Raquel (Raquel Jurado), antes secretaria y subdirectora, y ahora profesora de nuestra Escuela de Minas, que sirvió de enlace con los encerrados y los medios; podemos decir que fueron “las cinco rosas” de este encierro.
Y ¡gracias, gracias, gracias! a todos los almadenenses y de otros pueblos de la comarca, que de uno u otro modo han participado en actividades anexas al encierro, como manifestaciones, no sólo en Almadén, sino en Ciudad Real y otros pueblos.
Tampoco quiero olvidar a nuestra Escuela Universitaria (de Ingeniería Minera y ahora Industrial), que nunca permanece ajena a estos “eventos”; y agradecer su colaboración y amor al pueblo, en las personas de su director, Francisco Mata, y su subdirectora y secretaria, Ángela Carrasco (que recientemente llamó a una huelga, en pro de mejora de la Sanidad), así como al exdirector y profesor Luis Mansilla (por su prolongada lucha por la Escuela, las Minas y el Pueblo), o al profesor Doroteo Berastiegui, por hablar sólo de algunos de ellos.
Y digo esto, porque creo que todo debe ser un tándem como en los buenos tiempos:
– Minas
– Escuela
– Y Pueblo.
Aunque de las Minas, sólo nos quede el Parque Minero. Aunque eso no sea del todo verdad, pues de todo el mineral existente, sólo se ha explotado aproximadamente un tercio.
Y mi enhorabuena y apoyo a esa “reciente plataforma”, formada por Leodegario Villaseca (“Ode”), Raquel Jurado, Doroteo Berastegui y Lorenzo Sánchez.
Hasta aquí mis Agradecimientos, y ahora “empiezan” mis reivindicaciones, porque lo que ocurre no lo entiendo:
– Y no entiendo que a un Pueblo como Almadén, que fue la “Joya de la Corona” en aquellos tiempos, cuando los barcos iban a “las Américas” cargados de mercurio y regresaban cargados de oro y plata.
– Un pueblo como Almadén, cuyas minas costearon la coronación del Emperador Carlos I (El Rey que aglutinó el mayor Imperio).
– Un pueblo como Almadén, que salvó de la bancarrota a la Hacienda Pública Española, en más de una ocasión. Y no me refiero solo a los tiempos antiguos, sino que fue la principal fuente de divisas para España en la postguerra, y que se prolongó hasta los años cincuenta, con un gran florecimiento en los sesenta.
– Un pueblo como Almadén, al que incluso la UNESCO, ha concedido el merecido galardón de Patrimonio de la Humanidad.
Por todo esto (y podríamos enumerar muchos más méritos), no entiendo que a…
– Un pueblo como Almadén, se le haya sumido en el olvido y hasta en “el destierro”.
Creo que Almadén no se merece eso, y no sé si es que la Administración no lo sabe o no quiere saberlo.
Almadén solo está pidiendo muy poquito de lo mucho que aportó durante tanto tiempo, y espero que ésta vez las Administraciones no hagan oídos sordos a lo que les estamos pidiendo.
Yo por mi parte, quiero seguir creyendo en mi sueño, y es que Almadén, pueda “reactivarse” y no sea un pueblo muerto y poder seguir diciendo allá por donde voy, con orgullo, que soy de Almadén y que Almadén es mi pueblo.
Y desde aquí hago mi súplica a todas las personas y estamentos que puedan hacerlo:
– Cuando lo tengamos definitivo, al mismo Presidente del Gobierno.
– A D. Emiliano García-Page, Presidente de Castilla-La Mancha, que si lo tenemos.
– Y más cercanamente, a tres personas de mi pueblo:
– A Emiliano Almansa, actual Presidente de M.A.Y.A.S.A., por lo que significaron las minas, y porque Almadén es su casa.
– A Siro Ramiro, exalcalde de Almadén, y que me consta luchó por las reivindicaciones que hacemos; aunque ahora esté en Toledo.
– Y a Mari Carmen Montes, nuestra flamante alcaldesa, excelente persona y políticamente correcta, y que creo que también ama a nuestro pueblo sobremanera.
A TODOS ELLOS:
No dejéis que Almadén perezca y caiga en el olvido.
Y ¡haced posible NUESTRO SUEÑO!
