Bien ha sabido plasmar Pedro Menchén su espíritu y su quehacer literario en este libro en el que analiza pormenorizadamente la obra literaria de un hombre que fue, con su lámpara de esperanza, buscando la belleza y profundidad del misterio poético a través de la humanidad y la belleza, en un mundo complejo e indiferente a veces a un quehacer tan poco valorado como es la poesía.
Autor de obras de importancia, el rebelde corazón de Beño, trabajó durante toda su vida en favor del idealismo como contrapeso para las decepciones. Su ideario radicaba, tal como con clarividencia y profundo conocimiento expone Pedro Menchén en el libro que le ha dedicado, en ir sumando entusiasmo y confiar que lo bello emergiera por encima de la podredumbre: “Me siento triste a veces; otras, cito mi vida/ con las más bellas esperanzas”.
Con esperanza escribía y con esperanza y aceptación vivió una vida dedicada a la enseñanza y a crear sólidas estructuras idealistas en Argamasilla de Alba; pueblo donde contrajo matrimonio, nacieron sus hijos y lugar que amó y defendió por encima de incomprensiones con diversos libros y cientos de artículos dedicados a múltiples temas; pero fundamentalmente a la tradición cervantina de nuestra localidad; plasmando su fervor y entusiasmo, además de en lo anterior, en el discurso de ingreso del Instituto de Estudios Manchegos (1972) con el tema: “La patria de don Quijote”.
Generoso en cuanto a trabajar por lo común, su vida fue: “Luchar contra los mares y los vientos,/ contra los propios dioses,/ lucha contra ti mismo/ porque alguien te esperaba”. Filosofía interna de Beño por la que vivió afianzándose cada vez más en ir superando contrariedades.
Extraordinario estudio
Atentamente debe leerse este libro y la biografía del poeta que Pedro Menchén ha ido desgranando en las cuatrocientas páginas de tan extraordinario estudio: personal y literario, donde su autor disecciona verso a verso la trayectoria de un poeta manchego, realmente notable y poco reconocido después de su fallecimiento.
Su periplo creacional abarca diversos períodos. Con excepcional palabra lo ha reflejado en LANZA (14/01/2019) el poeta de Valdepeñas Joaquín Brotons, escribiendo sobre el libro que comentamos un gran artículo; porque Pascual Beño, a soplos de años y décadas, fue construyendo una visión superior del ser humano, trascendente y misteriosa, a través de su poesía, a veces, todo hay que decirlo, irregular; sobre todo si estaba decepcionado y triste; pero siempre superada su melancolía con esperanza, o “la luz no usada”, que diría fray Luis de León, iluminándolo a través de la emoción para seguir el idealismo que, por encima de dificultades, le permitía soñar con un mundo mejor.
Toda la producción poética
Prolífico e incansable, Beño escribió y publicó a lo largo de su vida, ya lo hemos comentado, un número considerable de libros de poesía; que aún no habían sido puestos en valor unitariamente. Por ello tenemos que agradecer a Pedro Menchén, un autor también vocacional, alumno de Beño, que está triunfando con sus novelas, haya dedicado a la poesía de Pascual esta glosa donde analiza, con método, técnica y cariño, toda la producción poética de un hombre que vivió la literatura desde una visión personal, a veces doliente, pero siempre abierta a la solidaria y bella mirada de la verdad y emoción poética.
Volumen muy bien editado por la Editorial asturiana ARS/POETICA en su colección /NON OMNIS MORIAR/ que encarecidamente recomendamos a los amantes de la palabra que guarda en su interior, tal como dice Menchén: “ritmo y musicalidad”. Por nuestra parte la ensalzamos, porque además de todo lo anterior, muestra a un poeta lleno de registros estilísticos, con el corazón desnudo.