Nicolás Müller nació el 18 de abril de 1913 en el seno de una familia judía liberal en Orosháza (Hungría). Fue formado en la Staatliche Bauhaus: Casa de la Construcción Estatal: famosa Escuela de Artesanía, Diseño, Arte y Arquitectura, instalada en principio en Weimar y después trasladada a la también ciudad alemana de Dessau.
Sin embargo, antes que Müller viniera a perpetuar la Mancha a través de su objetivo, tuvo que exiliarse en Francia, Portugal y Marruecos, debido a la persecución que sus opiniones e imágenes recibieron por la forma en que retrató las duras condiciones de vida y trabajo del campesinado húngaro. Mas, a pesar de su constante periplo persecutorio, no cejó en su idea, sino que plasmó en imágenes la génesis húngara y el éxodo francoluso.
Víctima superviviente del nazismo y residente en España desde 1947 (murió en Llanes, Asturias, en el año 2000), durante muchos años, su obra ha permanecido en el olvido. Y ello, a pesar que, en su periplo español, conoció a personajes destacados de nuestra cultura, entre otros a Gabriel Celaya, Pío Baroja, Camilo José Cela, Ortega y Gasett, etc.., retratando a un buen número de dichos artistas.
Pero no fue hasta el año 2013, cuando en las paredes del viejo depósito de agua de la Sala del Canal de Isabel II de Madrid, bajo el patrocinio de la Comunidad de Madrid, se organiza una Exposición con una selección de su obra, fundamentalmente cronológica; Exposición que fue comentada en varios diarios (entre otros: El Confidencial 27/11/2013, firmado por Peio H. Riaño; El Mundo 29/11/2013/ firmado por Zabala de la Serna), en el sentido del olvido en el que se había tenido durante decenas de años a dicho fotógrafo.
En cuanto a la fotografía de Müller cabe destacar, según los especialistas, además del interés de las mismas «por haber fotografiado al natural la posguerra española», la maestría de sus imágenes, con instantes imperecederos que atestiguan lo que sucede ante los ojos del fotógrafo. Según nos informa el historiador Marcial Morales, en el año 2014, su hija, Ana Müller, heredera del archivo fotográfico de su padre, ofrece al Gobierno de la Comunidad de Madrid comprar el archivo de su progenitor. Con ello pretendía «conservar un legado excepcional de una etapa importantísima de la historia española».
Argamasilla de Alba
Varias de estas imágenes que comentamos pertenecen a Argamasilla de Alba. La primera de ellas está realizada en 1951. La fotografía la hemos encontrado por medio del Centro de Estudios de Castilla-La Mancha a través de la Biblioteca Virtual Extremeña. Se titula «Escuchando al Gobernador». Las tres señoras retratadas observan, entre asombradas a interesadas, la visita de la máxima autoridad de la Provincia. Respecto a su identidad la primera señora por la derecha se llamaba Eladia Moreno; la segunda Braulia Olmedo, y la tercera, Ángeles Rodríguez Galindo (en el Juzgado su nombre es Modesta).
La segunda imagen que hemos encontrado está fechada en 1957, por lo que deducimos que Muller estuvo, al menos, dos veces en Argamasilla. Se titula: «Corro de niñas». La imagen nos sitúa ante un grupo de niñas jugando al corro en una de las eras de la localidad. El lugar donde está hecha la instantánea se titula, según nos informa José Cantón, funcionario de la Guardería Rural de Argamasilla, «eras de la familia Parra Villalba, situadas junto al Camino de Santiago». Creemos que la foto está hecha desde el último piso del molino de viento (se inauguró en 1957) que se halla muy cercano. ¿Vino Müller a nuestra localidad con motivo de tan inusual inauguración?… A vista de pájaro, Müller retrata un paisaje que no puede ser más nuestro: una extensa llanura que rodea a las que, alegremente, juegan al corro. Es una imagen que nos lleva a las costumbres de los años en los que está hecha la foto; porque, a veces, en las escuelas o colegios, si en primavera hacía un día agradable, para animar a los llamadas/os «escolantes», se les prometía una tarde de asueto para ir de excursión: normalmente, igual que en esta ocasión, por las afueras de Argamasilla.
Otras vinculaciones manchegas
Pero creemos que, además de lo ya señalado, el afán viajero del austrohúngaro por la Mancha, lo llevó por otros pueblos y lugares; pues a través de LANZA, lo encontramos participando 8/9/1952 en la Feria del Vino de Valdepeñas. El corresponsal de dicha ciudad vinatera nos dice: «Conviene destacar la numerosa asistencia de reporteros informativos y gráficos de diversos diarios y revistas, entre los que se encontraban los servicios de NO-DO y Nicolás Muller, fotógrafo para varias revistas extranjeras».
Unos meses después, el 19/Enero/1953, Muller realiza una Exposición de fotografías en varias localidades manchegas. Nos enteramos también por LANZA y por medio de un titular que dice: “Notas de actualidad de Socuéllamos”. En dicha nota, entre otras noticias del vecino pueblo, se informa que está siendo muy visitada y «elogiosamente comentada la Exposición de fotografías de la Mancha, obra de Nicolás Muller», la cual, según LANZA: «se viene exhibiendo en las más importantes localidades manchegas». La nota añade: «Es un motivo más de la revalorización de nuestros paisajes y cosas y como tal debemos sentirnos orgullosos por lo que esta Exposición supone en nuestro resurgir espiritual».
Por nuestra parte no nos queda nada más que añadir, salvo destacar a tan importante y casi desconocido fotógrafo.