De nuevo se repiten los hechos, porque la vida es cíclica, y de nuevo nos encontramos en otro nueve de agosto, víspera de San Lorenzo. Cada año, en este día, me acuerdo especialmente de Cecilio López Pastor, ¿por qué? se preguntarán los lectores, pues porque de oírsela a él aprendí la coplilla popular:
“…Víspera de San Lorenzo,
a la puesta del Sol,
bajan a la Patrona
al Altar Mayor…”
Y es que, aunque la letra no se cumple del todo, esta tarde volverán a sorprendernos las campanas de nuestra Iglesia Catedral Basílica; volverán a dejar los cohetes su estela en el cielo ciudadrealeño,… serán, sin duda, la señal de que nuestra Patrona, Santa María del Prado, está colocada sobre su trono; está más cerca de todos y cada uno de nosotros. La Madre, como todas las madres, se muestra solícita para con los hijos: cada uno con su forma de pensar, con sus problemas, con su realidad… Se acerca a todos los hijos.
Igualmente, los hijos nos iremos acercando en estos días, -a través de visitas particulares, o en la “Caravana Blanca”, o en los desfiles procesionales, o en las Eucaristías Solemnes, o de cualquier otro modo-, a la Reina y Madre de nuestra Ciudad Real, con la sencillez, la seguridad, la confianza,… que inspiran las palabras de la conocida como “Oración de San Bernardo”: “…Acordaos, oh piadosísima Virgen María, que ninguno de los que han suplicado vuestra protección haya sido desoído por Vos…”, pidiendo perdón por la no exacta literalidad de la frase, ya que la he escrito apoyándome en la memoria, que en ocasiones también se siente débil.
Niños, jóvenes, adultos, familias completas…, los ciudadrealeños de la capital, -nacidos o residentes en ella-, y los vecinos de otros lugares de la provincia, e incluso de diversos puntos de España, seremos fieles a la cita, y pensando ahora en la disconformidad con esta forma de actuar, por parte de algún amigo de quien suscribe, me atrevo a afirmar que no siempre es “flor de un día”, o que dónde hubo brasa, queda rescoldo,… ¡pues éso, que no es poco que todos nos sintamos convocados a la audiencia!
Se me ocurre, para terminar, pensar que los días próximos pueden ser propicios, quizá más que el resto del año dada la proximidad de la imagen, para presentarle a la Morena del Prado nuestra súplica; para contarle nuestros proyectos; para hacerla partícipe de nuestros anhelos, para… ante su amor de Madre, mostrarle nuestra fidelidad de hijjos. ¡Viva la Virgen del Prado!