Hace frío. Estamos en la Ronda del Carmen a las puertas del verano, pero hace frío. Hay que entrar en el edificio que pertenece a la Diputación, pero no se preocupen, que está Paco.
Pregunten por él, pregunten por uno de los secretos peor guardados de Ciudad Real y, sin embargo, de los menos conocidos. Pregunten por el archivero.
Paco trabaja en su mesa llena de papeles, “todo digitalizado”, explica con una mezcla de orgullo y pesar por el trabajo ingente que todavía queda por hacer en el Archivo General de la Diputación de Ciudad Real.
¿No lo conocen? Qué pena, porque entre sus muros, en la cámara de techos altos y estanterías metálicas que protegen papeles y textos del siglo XVI, Paco custodia la memoria de Ciudad Real. La memoria de las generaciones de españoles que por la provincia nacieron, vivieron, pasaron, delinquieron y hasta se enamoraron.
Pueden ir a visitarlo. Aprovechen el calor, desconecten del teléfono, de lo que quiera que perturbe sus vidas y vengan al Archivo. Paco les enseñará los primeros números de Lanza, con las crónicas diarias de la Segunda Guerra Mundial que llegaban desde el frente.
En el Archivo encontrarán también los primeros ejemplares del Boletín Oficial de la Provincia de Ciudad Real, donde, en vez de licitaciones para subvenciones se publicaban relatos apasionados sobre la busca y captura de maleantes que asolaban los caminos de la Mancha.
Tras pasar por las miles de fotografías que en el Archivo descansan, podrán leer los registros de la Casa de Cuna. Las historias de los pequeños Expósitos, huérfanos, entregados por sus propios padres. Niños abandonados cuyo único recuerdo se guarda hoy en tinta.
“Este lo enseño poco”, asegura un Paco que saca con delicadeza lo que sabe que es un tesoro documental. La Santa Hermandad, organización creada por los Reyes Católicos para vigilar y proteger los caminos, tiene su continuidad histórica en la Guardia Civil y parte de su legado está en nuestro Archivo. El de la Diputación, el de Ciudad Real y el de todos.
Hace una semana les hablaba de la importancia del dinero público. Está claro que lo que se hace en el Archivo General de la Diputación de Ciudad Real es importante. Está claro que el trabajo de Paco y de su equipo es importante.
En este número de Lanza nos sumamos a la celebración de los 100 años de Puertollano como ciudad. Alfonso XIII quiso reconocer así a la entonces pequeña villa minera, entre otras cosas, “su constante adhesión a la Monarquía”.
Una memoria, la de Puertollano, la de todos los pueblos, comarcas y aldeas que conforman la provincia de Ciudad Real que pueden conocer todos ustedes. El Archivo es un lugar amplio, pero se puede venir a visitar, consultar y hasta trabajar sobre su fondo documental.
Aun así, dentro hace frío. Paco dice que no sabe cuándo, pero cada vez ve más cerca la jubilación. Su trabajo estos años ha sido colosal. No darle continuidad a eso, sí que nos dejaría helados.
Quizá sea el momento de que alguien se acerque y conozca a Paco. Quizá sea el momento de que alguien que remueva los legajos viejos y los negativos enlatados y, sobre todo, el momento de que alguien vea en el pasado de Ciudad Real su futuro.