Para mí siempre serás la amiga de la eterna sonrisa. No voy a llorar mientras escribo esto, porque tú te mereces muchas risas, muchas más. Prefiero recordarte alegre, subiendo mi calle camino del Colegio, cada mañana, tirando de las mochilas de tus inquietas niñas.
Aún recuerdo, tú veinteañera y yo treintañera, cuando al cruzarnos por la calle te preguntaba: “¿Pudiste lavarte al pelo?”, y tú respondías a carcajadas “Hoy casi… no”, a la salida de esas jornadas maratonianas que echabais en Tribuna que casi no te dejaban hacer otra cosa.
No voy a olvidar el brillo de tus ojos, esa chispa (Conchispa firmas en twitter) es tu legado para quienes nos quedamos aquí. Daba gusto leerte y escucharte cuando narrabas tus viajes y compartías cualquier ñiñería como si fuera una aventura apasionante. “Pepa en el mundo es McDonalds y en Cádiz ‘Menos Donald’ jajaja”, me soltaste al descubrir la hambuguesería gaditana.
La luz de Cádiz se enamoró de tus ojos y tú de ella. Fue uno de los últimos sitios de disfrute mutuo.
Conchi, guardo en mi corazón tu calor, generosidad, profesionalidad, empatía y entusiasmo. Esa forma positiva e inteligente de ver la vida, relativizando casi todo. Tu manera de apoyar a los más débiles y desprotegidos para que tuvieran voz. Tu forma de intentar comprender, perdonándoles, a quienes no te trataron como tú merecías. A quienes no supieron ver la gran oportunidad y lujo de tenerte cerca, ni apreciaron tu mano tendida y sincera, el tesoro que tú eras.
Gracias Conchispa por enseñarme tanto, durante los más de 10 de años que trabajamos juntas en Multimedia. Nuestro equipo esta mañana se emocionaba y no acababa de creerse la noticia. Decíamos “ojalá sea la broma pesada de algún cansino”, como había pasado estos días con Perales o Rosa Montero. Pero no, era tristemente verdad.
Gracias por enseñarme a descubrir la belleza, junto a otras amigas del Metamorfosis Team, quienes quedamos también huérfanas, como tu familia, amigos y compañeros, después de haber superado tantas vicisitudes como hemos pasado estos últimos años de pandemia.
En el tintero quedan las grandes ilusiones tuyas para este 2023, por celebrar bien el 80 Aniversario de Lanza; o nuestra treintena como Gabinete, y esos otros proyectos de los que me hablabas, que quedaron aparcados y que deberíamos continuar para rendir tributo a tu memoria.
Me quedo con tus palabras. Esas que escribiste en el penúltimo editorial en Lanza, “Pasión por la belleza” (4 de agosto 2023), que tiene tu impronta y te define, y que les invito a leer íntegramente, en el que comenzabas diciendo: “La pasión por la belleza, el pellizco que llega desde el fondo del pecho y obliga a hacer algo distinto, más allá de lo establecido, siempre tiene un principio…”
Para nosotros, amiga, es el principio de vivir recordándote.