Algunos todavía no se han dado cuenta, o no quieren darse cuenta de que al presidente del Gobierno lo eligen los diputados resultantes de las últimas elecciones generales. Feijóo feliz, seguro que se considera vencedor en su propósito de ser elegido por haber ganado las elecciones. Vana ilusión. Lo ha elegido el Rey en un acto de inteligencia política. Si ninguno de los dos candidatos, tenían asegurados a día de hoy los apoyos suficientes se ha decantado por el más votado.
El Rey ha desempeñado su papel de Jefe de Estado que le otorga la Constitución de forma impecable. Lo que ya no está tan claro es la estrategia del Sr. Feijóo a postularse ante el Rey como aspirante a la investidura, a la vista de que los apoyos le van a resultar “imposibles”. ¿Qué busca? ¿Un bloqueo, y nuevas elecciones? ¿Dejar en mal lugar al otro aspirante? ¿Defenderse dentro de su propio partido? Es estrategia pura. Porque a no ser un movimiento sísmico –por ejemplo un tamayazo-, Feijóo se presentará el 27 de septiembre sin los apoyos para ser investido.
No sabemos si se salvará de la quema en las filas de su partido; que ya los hay con la escopeta preparada. Está recogiendo lo que el mismo ha sembrado. Vino a refundar un partido de centro derecha, ¿y qué? Que hoy solo encuentra el apoyo de la ultraderecha, y veremos. ¿Eso es un partido de centro derecha? Ahora necesita los votos de partidos que ha estado anunciando que cuando llegue al poder los va a ilegalizar. ¡Toma patriotismo! Ahora le va a pedir al PSOE formar una gran coalición PP-PSOE. ¿Para qué? ¿Para derogar al sanchismo? ¡Hombre, por favor!
Para obtener la investidura tiene que tener mayoría en el Congreso. Y no la tiene. No tiene ni proyecto ni estrategia. ¿Qué pensaba? El sanchismo, -conjunto de todos los males del social comunismo-, guste o no, tiene un proyecto: Subir las pensiones, subir los salarios, mejorar la Sanidad y la Educación pública, mejorar las relaciones con todas las comunidades, y tiene una estrategia. Sí. El Gobierno frankenstein ha demostrado tener buenos estrategas. Pero sobre todo el Gobierno de coalición progresista se ha dado cuenta de que España es plural, y hay que atender a todas las sensibilidades. Quien no entienda esto está condenado al fracaso.