Desde hace años he tenido el honor de plasmar mi modo de pensar en Lanza gracias a la benevolencia de la Directora. Siempre he tratado de comentar alguna circunstancia de actualidad con el ánimo de presentar mi punto de vista pero no de dar una clase magistral. Sin embargo, hoy les pido su atención no simplemente porque sea mi opinión, sino porque les hablo como experta, especialista, entendida, o como lo quieran ustedes llamar.
Nunca cursé un Master ni lo dirigí, pero participé alguna vez con clases esporádicas seriamente preparadas para la ocasión. Tengo experiencia en haber dictado, completado, redactado y supervisado actas en circunstancias parecidas: a mano, a máquina, con ordenador, o conectadas a bases de datos. Jamás me ha pedido nadie que alterara un acta, quizá porque se sabía de antemano que hubiera sido contraproducente. En cambio recuerdo vivamente la preocupación de todos los profesores de mi generación por no cometer errores informáticos y por conocer el mecanismo administrativo de corrección en caso de que ocurriera involuntariamente. Al cabo de un plazo legal establecido, modificar cualquier nota era tan difícil como perturbar el azar de la Lotería Nacional.
Cuando han ocurrido los casos de Master bajo sospecha que vamos conociendo, no hay otra explicación que que haya sido la propia Universidad la que no tomó precauciones, o propició las anomalías. Todos los alumnos han hablado alguna vez con sus profesores para que fueran benévolos con sus errores aunque conmigo nunca lo consiguieron, pero se fueron amablemente convencidos de que su nota era justa. ¿Qué tiene que ver que un alumno/a de Master solicite alguna ventaja para que se le conceda?
¿Quién es el presunto delincuente, el que tergiversa una calificación o el que ruega indulgencia de trato? Y ésto, suponiendo que algún alumno lo haya rogado, porque no lo habrá hecho por escrito con póliza.
Asuntos que se escapan
Está muy bien que los medios de comunicación afloren aquellos asuntos que son perturbadores de la vida ciudadana, pero estaría mucho mejor que eligieran bien el punto de mira porque hay asuntos de verdadera importancia que se les escapan. ¿Es el Master del Sr. Casado lo más perturbador de su Partido? Porque a lo mejor los periodistas no se han dado cuenta de que las acusaciones de financiación ilegal a gran escala se están yendo en silencio por el sumidero.
Es absurdo el fanatismo que despierta la posesión de un Master, y más absurdo todavía que una Universidad acepte alumnos a los cuales les puede convalidar infinidad de asignaturas porque supone que ya casi tienen todos los conocimientos que abarca el Master ¿No hubiera sido más juicioso haberles aconsejado que no se matricularan porque no iban a aprender nada nuevo?
En ese asunto la exministra Montón ha recibido un trato de convalidaciones poco espectacular pero se la zahiere lo mismo. A los periodistas les produce un escozor especial que estando regulado un Master como Actividad Presencial, algunos alumnos hayan asistido a pocas clases. Les aconsejo que se paseen por cualquier Universidad, durante las horas lectivas de cualquier carrera y de cualquier asignatura y cotejen el número de matriculados y de asistentes y le digan a los Rectores como resolver el problema, además de pasar lista inesperadamente que es lo que se hace.
La calidad de los trabajos
También contribuye a mi perplejidad, que se juzgue en los medios de comunicación la calidad de los Trabajos de Fin de Master. Tienen razón en reclamar que contengan aportaciones absolutamente originales y geniales. Pues bien, ni los TFM, ni las Tesinas antiguas, ni las Tesis Doctorales tienen garantizados los derechos de autor, van a las estanterías, al alcance de cualquier interesado. Para ilustrarlo les diré que el Proyecto Docente que presenté cuando gané las oposiciones de Catedrática de la UCLM sirvió de inspiración literal a casi todos los opositores de la especialidad que optaron durante un decenio. Y quizá todavía siga por ahí.
No nos atosiguemos de filigranas administrativas, cuando vemos que se escapan cosas graves sin dejar rastro. No todas las Universidades son igual que la que nos ocupa, mejor dicho no conozco ninguna otra igual. Y la UCLM, que conozco bien, destaca por su seriedad corporativa y la de sus profesores y personal de funciones conexas.
Aprovecho esta ocasión de hablar de algo que entiendo, para despedirme agradeciendo a LANZA su acogida y a todos ustedes su atención. No quiero que descubran que cada vez entiendo menos este mundo en el que vivimos. Gracias.