La proclamación de independencia de Catalunya evidencia la ruptura del Régimen del 78 que, ante el grave conflicto territorial, únicamente ha sabido responder con represión y autoritarismo.
Desde la Juventud Comunista nos oponemos a la Declaración Unilateral de Independencia por cuestiones de fondo y forma. De fondo, porque más allá de las ilusiones creadas, la independencia de Catalunya, tal y como pretende desarrollarse, no supone un avance para los intereses de las y los trabajadores. Además porque sin destruir el Estado tal y como lo conocemos en estos momentos, no es viable ninguna propuesta de autodeterminación o independencia. De forma, no porque confronte con la legalidad vigente, sino porque actualmente el proyecto independentista, aunque con un fuerte apoyo popular, no cuenta con el respaldo mayoritario de la sociedad catalana.
Pese a ello nos oponemos frontalmente a la aplicación del artículo 155 respaldado por las fuerzas del régimen (PP – PSOE – C’s), a la intervención de la Generalitat y a cualquier medida represiva que tenga lugar contra el pueblo catalán. Es necesario mostrar nuestro rechazo a la deriva represiva del gobierno y la existencia de libertad para Jordi Sánchez y Jordi Cuixart. Hoy han ido a por ellos, mañana pueden ir a por cualquiera.
Para las y los comunistas esta situación no se va a solucionar tratando de acallar a las fuerzas independentistas por la represión, ni tampoco con una independencia unilateral que ni es mayoritaria ni tiene a corto y medio plazo ninguna posibilidad de materializarse.
Por eso planteamos como única alternativa viable para los intereses de los y las trabajadoras y las clases populares la apertura de un proceso de movilización sostenida que culmine con la proclamación de la Tercera República.
Una República que esté al servicio de las y los trabajadores para defender nuestros intereses. Una República independiente de la UE y de la OTAN, soberana y solidaria y con un evidente carácter plurinacional que defienda el derecho de autodeterminación de los pueblos. Una República donde realmente se garantice el acceso a la sanidad y educación pública y de calidad, donde la vivienda sea un verdadero derecho y no un anhelo para la juventud, que luche contra cualquier tipo de violencia hacia las mujeres, que ponga los medios para que los jóvenes tengamos un trabajo digno y con derechos y no tengamos que malvivir entre el paro, la precariedad y la emigración, que ponga las grandes empresas al servicio del pueblo.
Frente a un régimen resquebrajado necesitamos generar movilización social para defender nuestros derechos y avanzar hacia una nueva Constitución republicana.
La juventud siempre ha sido un motor de cambio y ahora lo tenemos que demostrar luchando por la República.
¡Viva la Tercera República!