Va a costar mucho trabajo, mucha decisión política, volver a la Europa que sus fundadores concibieron. La Europa de los Pueblos; la Europa de la solidaridad y la cohesión; la Europa pionera en el bienestar social.
Todo el mundo lo sabe, nadie lo pone en duda: Europa había pasado muchas penas, muchos enfrentamientos, muchos nacionalismos absurdos y excluyentes, hasta que la Segunda Guerra Mundial nos hizo recapacitar y cambiar el rumbo. Con un espíritu socialdemócrata, un grupo de líderes diseñaron una Europa con valores de inclusión y solidaridad. Europa entró en una de las etapas mejores de su historia. Pero, pronto cambió el rumbo. El neoliberalismo y neoconservadurismo volvió a extenderse provocando crisis y desigualdades galopantes. Y cuando el malestar se apodera de la ciudadanía surgen corrientes populistas que impiden avanzar.
Cuando existe malestar
Echarle la culpa a la ultraderecha que se extiende por Europa y España no conduce a nada. Los movimientos populistas surgen cuando existe malestar. Aparecen todos los síntomas de la involución, de la desigualdad. La lucha contra estos movimientos emergentes hay que llevarla a cabo volviendo a las políticas de solidaridad y cohesión, al diálogo y la convivencia, a clases medias y trabajadoras fuertes.
Es el mensaje con el que Pedro Sánchez, ha llegado, de momento, a donde está. Es por eso que en Europa empiezan a poner su punto de mira en España. La socialdemocracia europea confía en la española. Tenemos una oportunidad única. Oportunidad que hay que consolidar con el empuje y contribución de todos.
Hay que hacer ver a los españoles que está en nuestras manos influir para que volvamos a ser la Europa de los Pueblos, y no la Europa de los separatismos, de las banderas patriotas y excluyentes, y de los discursos trasnochados. España, se ha convertido en la esperanza de la socialdemocracia europea. España puede liderar, una vez más, la Europa que todos necesitamos: “Una Europa fuerte, socialmente”.
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