El pasado viernes 16 de mayo, la Asociación Cultural Club de Vinos de Ciudad Real celebró, dentro de la serie dedicada a revisar las distintas Denominaciones de Origen de nuestra región, una cata donde se analizaron seis vinos de la DO Manchuela elaborados en la bodega Vega Tolosa ubicada en Casas Ibáñez, Albacete. Dicha cata fue impartida “a pachas” por el profesor del Grado en Enología de la UCLM Jose María Alía y Rocío Tolosa, enóloga de la citada bodega y titulada por nuestra Universidad en la primera promoción de este Grado universitario.
La Manchuela es una comarca geográfica limitada al este y el oeste por los ríos Cabriel y Júcar, respectivamente. La parte norte de la misma se encuentra en la provincia de Cuenca, con Motilla del Palancar como principal municipio, siendo Casas Ibáñez su contraparte en la zona sur de la comarca, ya en tierras de Albacete. Esta auténtica Mesopotamia castellanomanchega modera su duro clima continental gracias a los dos ríos citados, cuya separación está siempre en unos treinta kilómetros, y -detalle importantísimo- su distancia al mar Mediterráneo, que no supera los 120 km en línea recta. Además, en verano no es infrecuente que sople el viento que en Manchuela se conoce como solano y que es un viento del este-noroeste que trae humedad del mar y procura unas noches frescas, esenciales para el desarrollo del color de los vinos tintos.
Y tinta es su variedad fundamental: la Bobal. Casta autóctona de la zona y no emparentada con ninguna otra estirpe de uva tinta de las estudiadas genéticamente, constituye una auténtica reserva biológica de La Manchuela, que comparte con la vecina DO Utiel-Requena. Se trata de una variedad rica en antocianos, es decir, dotada de un color rojo violáceo muy intenso y que, en muchas ocasiones, se ha utilizado con dos finalidades complementarias: producir vinos rosados de alta calidad y, mediante el conocido método de la “doble pasta”, enriquecer sus tintos convirtiéndolos casi en una variedad tintorera. Años atrás, estos vinos tintos junto con los hechos de Garnacha tintorera en la zona de Almansa, se empleaban para incrementar el color de nuestros Cencibel manchegos que, en veranos de noches muy calurosas -que en nuestra Mancha son bastantes- adolecían de falta de pigmentación.
La enóloga Rocío Tolosa presentó a continuación los seis vinos que conformaron la cata. En primer lugar, un espumoso elaborado exclusivamente con uvas de la variedad blanca Tardana, autóctona de La Manchuela y casi desaparecida hasta que bodegas como Vega Tolosa o Gratias decidieron apostar por ella para diversas elaboraciones. Un espumoso con una burbuja persistente y delicada y una acidez excelente que produce un recuerdo en boca persistente y equilibrado.
Se cató en segundo lugar un vino blando de la variedad Albilla, también autóctona de La Manchuela y elaborada totalmente, de la cepa a la botella, por Rocío Tolosa. Se trata de un blanco con un marcado carácter atlántico -otra vez las noches frescas, bendición del viticultor- y una agradable acidez que facilita la apreciación en nariz y boca de unos aromas elegantemente sutiles.
El tercer vino lo elabora Bodegas Vega Tolosa con la variedad Viognier, procedente del Ródano septentrional. Esta variedad, muy bien adaptada al clima de nuestra región y, particularmente, de sus zonas más altas o frescas, es puro aroma y redondeada intensidad. Forma parte de la colección de vinos elaborados bajo la denominación Finca Los Halcones que constituye el máximo de la gama de esta bodega.
Muy interesante fue, pasando ya a los vinos elaborados con uvas Bobal que constituyeron la segunda parte de la cata, el Bobal Icon rosado. Un vino con el color de los rosados clásicos españoles, es decir, más oscuros y persistentes que los rosés franceses, pero con un excelente punto de frescura y modernidad que hacen de él un compañero ideal para pastas o arroces sin carne.
El tinto de media crianza Bobal Icon, verdadero icono de la bodega y su, hace ya algunos años, primer éxito comercial en el campo de la enología, es un vino que se bebe muy bien, que no está poseído por los gustos madereros y donde se reconocen todos los aromas de la variedad Bobal. Variedad a la que, por cierto, tampoco le sienta nada mal una crianza más larga siempre que ésta se realice en condiciones de tiempo y madera apropiadas. La prueba de ello es el Bobal de cepas viejas, que son el auténtico patrimonio de la Manchuela toda y, en particular, de Bodegas Vega Tolosa -Rocío Tolosa forma parte de la quinta generación de viticultores- comercializado bajo la marca Finca Los Halcones. Un vino de guarda, aunque ya esté en condiciones de ser degustado, que conserva las esencias de una variedad y un sistema de crianza características de este terroir entre ríos que es la DO Manchuela.