El proyecto de reparcelación denominado Sector S-4 o ‘Diego de Almagro’, ubicado entre la plaza de toros, salida hacia el pueblo de Bolaños y zona de la discoteca de verano, fue uno de los motivos del duro enfrentamiento en el último pleno municipal de Almagro entre el alcalde Núñez (PP) y el entonces vicealcalde y portavoz de Por Almagro, Galán. Hubo intercambio de duras acusaciones y hasta alguna descalificación personal fuera de tono. Los dos se acusaron de poner en peligro un gran proyecto de desarrollo urbanístico y de futuro para Almagro. Núñez no dejó hablar a Galán y éste intentó apoderarse por la fuerza del micrófono. Fruto de esa tensión entre los dos socios de gobierno, Núñez y Galán, Galán y Núñez, tanto monta, monta tanto, decidieron romper el pacto de gobierno, dejando en el aire la gobernabilidad del Ayuntamiento.
Al final, el proyecto no se paralizó, a pesar de las acusaciones mutuas, y el proyecto de reparcelación del Sector S-4 ya está en periodo de información pública, previo paso a su aprobación definitiva, si es que no hay alegaciones de importancia.
Pero ¿por qué es tan importante este proyecto urbanístico? En principio, el proyecto fue puesto en marcha por la anterior corporación municipal, presidida por el alcalde Reina, socialista. Posteriormente, el proyecto fue asumido, impulsado y completado por la coalición de gobierno PP-Por Almagro. El objetivo es urbanizar una superficie total de 123.257 metros cuadrados de solares, en una zona limitada por la plaza de toros, la vía férrea, el recinto ferial y la calle de Bolaños, hasta la discoteca de verano.
El presupuesto total asciende a 3.272.024 euros. Se van a construir 332 viviendas, una amplia zona comercial, donde Mercadona quiere instalar un nuevo y moderno hipermercado, con el fin de atraer a los cercanos consumidores bolañegos, 13.502 metros cuadrados de nuevas zonas verdes en el área más periférica, 525 plazas de aparcamiento en superficie, y una serie de nuevos equipamientos, que el Ayuntamiento deberá concretar y construir, como un nuevo estadio de fútbol y otras zonas deportivas.
Las quince manzanas fruto de la reparcelación de este gran polígono urbanístico se la reparten 12 propietarios, siendo el más importante la sociedad Urbacisa 2020 SL, que actúa como agente urbanizador. Aunque con domicilio en Ciudad Real, esta sociedad está gestionada por empresarios vinculados históricamente a Almagro como Antonio Moreno Baeza o Luis Manuel Moreno Baeza. Urbacisa, que tiene otras sociedades dedicadas a la hostelería y a la construcción y decoración, ya ha colocado carteles anunciadores de venta de parcelas y viviendas en esta nueva zona residencial, comercial, deportiva y de equipamientos. Urbacisa es la propietaria del terreno donde tiene previsto ubicarse Mercadona.
Otro gran propietario es la sociedad Simgu SL, también con sede social en Ciudad Real, dedicada a la promoción inmobiliaria. El tercer propietario es la familia almagreña Valencia, que acapara las parcelas más cercanas a la plaza de toros y al Paseo de los Toros. Otros propietarios son las sociedades Inversiones y Explotaciones Lagaru SL, de Bolaños, sociedad dedicada a la construcción de edificios residenciales; y la denominada Mobel Ahorro. Y una lista de particulares compuesta por J. Francisco garrido Hervás, Bermejo de la Rubia, Hermanos Bermejo Garrido, Hermanas Cruz Pedrero, Fermín Hervás Arreaza, Hermanos Garrido Pedrero y, finalmente, el propio Ayuntamiento de Almagro, que recibe varias parcelas edificables, además de las zonas verdes, los viales, los aparcamientos y las parcelas de equipamiento.
Polígono ¿sostenible?
A pesar de que el alcalde Núñez ha calificado de “sostenible” este proyecto urbanístico, la verdad es que las zonas verdes se han diseñado en el límite noreste, ya lindando con el campo, favoreciendo la acumulación de viviendas en el centro del sector; y que las calles tendrán una anchura media de diez metros, con aceras que no sobrepasarán el metro y medio, sobre las que se colocarán las farolas y señales de tráfico, lo que hará imposible, como ya sucede en otros polígonos urbanísticos desarrollados en Almagro, el paso de sillas de ruedas o coches de niños. ¿Por qué no se diseñan unas aceras más anchas y accesibles para todos?
Por otra parte, no está prevista inicialmente la plantación de árboles en las calles, por lo que se convertirán en arterias estrechas, encementadas y grises. Este polígono, como el resto de los construidos en Almagro en los últimos veinte años, está pensado para los coches y el tráfico en vez de para los peatones y ciudadanos.
Quizás para paliar esta descompensada distribución de las zonas verdes, el actual equipo de gobierno municipal tiene un marcha un ambicioso proyecto de remodelación del Paseo de la Plaza de Toros para convertirlo en una especie de jardín botánico, y, de paso, que sirva de atractiva entrada y conexión del nuevo Sector S-4 con el centro de la ciudad.
En este sentido, nada se dice en este proyecto de la solución a la posible saturación de tráfico que sufrirá toda la zona por la instalación de Mercadona y de otras instalaciones comerciales, saturación que ya se padece en la actualidad por el intenso tráfico ordinario entre Almagro y Bolaños, por el acceso a la discoteca de verano, y por ser la calle Bolaños de doble dirección, con un semáforo que regula el paso por la zona más estrecha de la calle. Lo lógico sería que la calle Bolaños pasase a ser de una única dirección y que se eliminase el semáforo que está deteriorando gravemente las portadas renacentistas (S.XVI) del convento de la Asunción de Calatrava. Claro que esta opción podría saturar las vías principales del nuevo polígono urbanístico. ¿Cómo absorber más tráfico en unas calles tan estrechas?
Otra cuestión compleja es la derivada del futuro de la discoteca de verano, del ruido de la música y, sobre todo, de la entrada y salida de los clientes a altas horas de la madrugada, como vienen sufriendo, denunciando y quejándose sin éxito desde hace años los vecinos de la lindante urbanización de Los Molinos. La propiedad de la discoteca, primera construcción que se realizó en toda esta zona, no está dispuesta a trasladarse si no es previa y abultada indemnización.
Por no hablar, en el caso de posibles molestias, de la zona destinada de forma tolerada al macrobotellón de todos los fines de semana, ubicada en el recinto ferial, justo al lado de la nueva urbanización.
Además, este proceso reurbanizador de las afueras de Almagro pone en evidencia la tendencia que desde hace años se observa en Almagro: la despoblación, ruina y abandono del centro histórico, catalogado pomposamente como conjunto histórico-artístico, en beneficio de las nuevas urbanizaciones de casas unifamiliares, modernas, cómodas y a precios razonables. Este traslado de población provoca el abandono de casonas solariegas, palacios, conventos, casas de construcción popular de enormes dimensiones, cuya restauración y mantenimiento suelen ser muy caros, poco asequibles a las disponibilidades económicas de un almagreño medio.
Esta realidad nos lleva a una última reflexión: la necesidad de diseñar un plan especial de conservación y rehabilitación para el casco histórico, algo a lo que se han opuesto todos los alcaldes de la democracia, con independencia del signo político. Un plan dotado con normas flexibles y financiación adecuada para recuperar el casco histórico y evitar que se convierta, a la larga, en un falso histórico, en un decorado llamativo para los visitantes, pero poco habitable para los vecinos.
Francisco J. Martínez Carrión es periodista y escritor