Un antropomorfo que “rompe” con la clasificación tipológica establecida para figuras representadas en la pintura rupestre esquemática provincial de hace 4000 años. Una pequeña figura que levita, flota en el aire y que fue realizada por un hombre prehistórico que la pintó inspirándose posiblemente en un enigma… ¡Quizás en una visión, un espíritu, o hecho sobrenatural e inexplicable! La figura esquemática ha sido tratada en un juego experimental para dar otra versión plástica, una actualizada imagen mediante inteligencia artificial IA.
Se halló en un Abrigo con pinturas rupestres de la Sierra de Puertollano
A veces, el conocer nuestro pasado, nos trae sorpresas o más bien curiosidades que nos chocan o nos hacen tambalear el pensamiento por su singularidad o rareza. Nos activa nuestro comportamiento instintivo natural. Interpretamos a nuestra forma y con la carga cultural que arrastramos por siglos de evolución, cualquier elemento, imagen pintada o esculpida, traducida en barro o hechos inverosímiles que nos llegue de remotos tiempos. Siempre tenemos la tendencia de explicarnos lo que nos resulta extraño, nos seduce o que no se adapta a nuestro pensamiento racional, concreto y práctico. En estas líneas evocamos una sencilla pintura prehistórica del arte rupestre esquemático que por su peculiaridad bien merece que le dediquemos una mirada condescendiente, simpática o al menos curiosa ¡también inquietante! ¡O hay algo más en esa pequeña representación plástica!¡Algo nos quisieron decir cuando la plasmaron con otras figuras en la rocosa pared cuarcítica de un Abrigo del periodo Calcolítico final/Edad del Bronce inicial de la Sierra de Puertollano! Hace ya cuatro milenios.

Imagen “curiosa” o al menos ¡intrigante!
En la pintura rupestre esquemática de nuestra provincia y dentro de la tipología de las representaciones humanas denominadas “antropomorfos” (formas plásticas que sugieren hombres/mujeres), hay una figura en el yacimiento las “Láminas” del término de Cabezarrubias del Puerto (Sierra de Puertollano), de la que particularmente sospecho que es la representación de “un espíritu”. Este yacimiento descubierto por mí en 1988, está orientado hacia el sur mirando al Valle de Alcudia. Una de sus representaciones llama la atención por “romper” con la línea seguida en la valoración plástica de la interpretación de la figura humana. El hombre de aquellas lejanas culturas de hace 4000 años, fue representado de diferentes formas su propia entidad y realidad. Así: trazos simples, barras, grupos de puntos… Siempre simplificando, utilizando el esquema de una representación o el símbolo de un concepto. La mínima expresión. Los Abrigos y Covachas serían a modo de “santuarios”, también espacios para demarcar territorios, lugares para significar por su singularidad. El fin que perseguían aquellos prehistóricos aún no se sabe. En parte se pueden intuir. Se especula ya que no hay una ciencia cierta al respecto.

¿Un espíritu?
La figura que mostramos “Un espíritu” (¡ya que un muerto no se representa con los brazos abiertos y los pies estirados!), forma parte con otras figuras pictóricas del yacimiento. Un antropomorfo que no se identifica con las representaciones que aparecen en otros lugares. La imagen a la que hago referencia está perfectamente definida, cabeza (un punto), cuerpo vacío (dos líneas paralelas), brazos abiertos con manos desmesuradas y piernas con pies elongados que no apoyan en el suelo horizontal, sino que son pies que están en vertical, estirados. Si observamos bien esta figura, veremos que la misma está levitando, flotando en el aire. Estudiosos de las pinturas rupestres esquemáticas han sugerido que estos espacios fueron en el pasado a modo de “santuarios”, lugares especiales … Este “espíritu”, se ha mostrado más de una vez cuando lo he ido a fotografiar esquivo, huidizo, poco visible, evanescente… otras veces bien definido y presente. Dependiendo de la luz solar, la humedad ambiental, la estación climatológica (invierno, primavera, verano). Guardo fotografías donde apenas se aprecia y en otras donde se personaliza con rotundidad. Una curiosidad de nuestros antepasados prehistóricos. ¿La representación de un espectro o un fenómeno paranormal? ¡Un hombre que levita! Lo referido en estas líneas, es sólo una apreciación personal y en el campo de la mera especulación. ¡Pero ahí está!¡Si no ha desaparecido de la pared pétrea donde lo dejaron plasmado a perpetuidad!

¡Un juego! ¿Y si tratamos la imagen mediante inteligencia artificial IA?
El prehistórico que pintó hace 4000 años al “espíritu” en una pared cuarcítica de la Sierra de Puertollano, jamás se hubiera imaginado que cuatro milenios después su “espíritu” se iba a tratar en un juego experimental con tecnología de inteligencia artificial IA. Aquel prehistórico machacó piedra de hematita, un óxido de hierro que da un pigmento ocre/rojo y al mezclado con grasa de un ciervo o jabalí forma una pintura. La hematites llamada también “oligisto” (en griego piedra de sangre), fue el pigmento que se utilizó en la pintura prehistórica. Numerosas muestras de estas representaciones tenemos en la provincia de Ciudad Real. El “espíritu” tratado en un juego cibernético nos da las imágenes curiosas que aportamos y que acompañan a la figura original. ¡Si aquel hombre del periodo Calcolítico final/Bronce inicial levantara la cabeza y viera su “espíritu” transformado mediante novedosa metodología científica, en otra versión plástica, una nueva figuración, seguro que alucinaría!¡Nosotros, habiendo transcurrido 4000 años después de ser pintado el “espíritu” nos pasaría igual! ¡Algunos piensan que la inteligencia artificial IA, computación… es brujería, arte de birlibirloque o cosa de estrafalarios científicos!