Aun con el eco de la famosa Feria del Libro de Madrid, quiero dar cuenta de estas jornadas que hemos realizado en su marco, con el auspicio de la editorial SIAL y físicamente en la Biblioteca Histórica de la Universidad Complutense de Madrid.
Madrid, lugar de encuentro, como así lo habéis definido las escritoras que venís cada año de América. Madrid, rompeolas de todas las Españas, que dijera el poeta Antonio Machado. Junto a estas palabras sentidas, quiero dar la bienvenida a estas creadoras de América que años tras año nos visitan. En efecto, “Creadoras de América” es ya una marca, una etiqueta literaria que navega por el mundo, y que durante todo el año nutrimos delicadamente con nuestro quehacer escritural, hasta llegar a este encuentro madrileño.

Cinco claves para un debate
Sobre las escritoras y el campo literario.
Hablamos de las escritoras hoy, y de su literatura: la nuestra, y la del medio ambiente literario que nos rodea.
Explicito un esquema para el debate:
1º) ¿Qué hago, qué estoy haciendo yo? ¿Qué estamos haciendo?
Por mi parte, completar y crear. Primero, completar la literatura ensayística sociológica, estudios de género, y otros escritos, que he desarrollado a través de una larga carrera investigadora.
Segundo, crear, seguir creando: lírica, ensayo periodístico, y demás actividades, sin olvidar la sociología.
2º) ¿Cómo veo nuestro campo literario, el de las escritoras hoy? Pensando sobre todo en España, aunque manejo bastante información internacional. Un rasgo claro que detecto, que se está dando en la actualidad, y es también una tendencia de futuro, es una gran profesionalización de las mujeres como escritoras, metidas en su rol y afianzándose en su perfil profesional. Ya no son casos anecdóticos, esporádicos, noticias de primera plana, sobre la escritora, por ejemplo, el caso Carmen Laforet y las otras pocas que había, que eran siempre motivo de pasto periodístico.
Todo este panorama emergente de las escritoras, al que estoy aludiendo, está siendo apoyado por editoriales que nos acogen con gusto, si no es que con gran gusto, dado que la literatura de mujeres tiene un público fiel lector de mujeres. Subrayo esto porque, al parecer de las estadísticas, no nos leen los hombres. Pero sí tienen público firme de mujeres, por tanto, mercado editorial.

3º) Género y poder. Otra cuestión muy diferente respecto a lo positivo de la emergencia de las mujeres, es lo que llamo el binomio género y poder. Aquí la cosa no está tan clara, aquí hay poca cosa, seguimos a la zaga, a las órdenes del juego que nos dejan los del Tomo, es decir, intelectuales y jerarquías del campo literario y social. Estoy leyendo estos días un ensayo muy interesante sobre la obra lírica de Teresa de Ávila. Ella habla con gran ironía de los del Tomo, que eran intelectuales y toda la jerarquía eclesiástica, es decir, el canon de la época, que ella llamaba el Tomo, y hacía comentarios muy críticos hacia ellos, como autora antitomo, o anticanon que diríamos ahora (Vid. Antonio Piedra, “Una extraña hermosura”, ed. BAC, 2023).
4º) Una tensión entre pasado y presente. Quiero hablar de una tensión intelectual importante o, al menos, que yo la siento: entre genealogía y presente. Todo lo que se ha hecho de rescate de las escritoras que nos han antecedido, ha sido justo y necesario. Ahora bien, no se trata de abandonar esa línea de trabajo, pero sí se trata de trabajar el presente.
Pareciera políticamente incorrecto decir que María Zambrano, por ejemplo, está bien servida. Igualmente, Emilia Pardo Bazán, con su magno y exhaustivo Centenario, recién celebrado. Escritoras a las que tanto admiro y he dedicado bastantes conferencias y ensayos (De bellum luce, revista Claves, 2020. Igualmente, a María Zambrano en la revista Crítica). No se puede hablar de desafección o desinterés en mi caso.
Ahora bien, necesitamos energía para abordar este presente mestizo, difícil, confuso, del siglo XXI. Ya hay mecanismos sociales de rescate del pasado, de creación de genealogías de mujeres como, por ejemplo, la Fundación Orellana, y otras instituciones.
Siento que necesitamos más novedad, si no queremos caer en un cierto necrologismo y decadencia reiterativa. Ahora necesitamos descubrir y consolidar a gente nueva y contemporánea. ¿Por qué no decirlo? Estudiar vr.gr.: la obra de Gloria Nistal, o la de Laura Hernández, o la de Pilar Pedraza Pérez del Castillo, o la de Verónica Ormachea, autoras que tienen ya una obra consolidada, con una trayectoria larga, suficiente para hacer con ellas una actividad reflexiva, de biografía intelectual, metapoética, en su caso, etcétera.
5º) Y último punto para un debate. Deseo mencionar lo que llamo el “efecto halo” (García de León: 2020). Aplicado a lo anterior, significa que al focalizarse la atención sobre un personaje o autor en concreto, se provoca: 1) Un obstáculo al conocimiento, en general. 2) Centrar la atención en un punto, crea un halo que borra toda la otra realidad. Vr. gr.: la luz de un flexo ilumina mucho un objeto y borra todo lo otro a su alrededor. 3) Este efecto hace perder realidad de presente, o sea, sobre el espacio actual y, sus actores, y también se pierde realidad temporal, sobre el pasado. Estas son dos dimensiones derivadas del efecto halo.
Continuará. El debate está servido.