Ayer mantuve con mi hijo una interesante conversación durante un viaje acerca del origen histórico del 1º de mayo. Como buen conocedor que es de la historia y evolución del proletariado me documentó sobre las etapas y factores que trasformaron el mundo obrero. Sus luchas, conquistas…hasta que apareció como tema de debate la máquina, elemento esencial en la disminución de la mano de obra.
La cuestión planteada giró sobre si la máquina fue y sigue siendo hoy el elemento que más incide en la falta de puestos de trabajo y a partir de qué momento la máquina dejó de ser una ayuda convirtiéndose en un obstáculo para el trabajo del hombre
Innegable que la máquina ha sido un factor fundamental y decisivo para el desarrollo de la sociedad y lo ha sido en dos frentes. Primero porque posibilitó la fabricación de elementos con la consiguiente creación de empresas que a su vez absorbieron muchos puestos de trabajo sobre todo en el sector industrial y en la construcción. Segundo, esas mismas máquinas fabricaron a su vez otras que han hecho más confortable y práctica la vida humana.
Revolución industrial
Sin embargo la conquista que supuso la revolución industrial es algo que sucedió en el pasado; ahora hemos de analizar el futuro e intentar encontrar la manera de lograr otro equilibrio y eso creo que pasa por tres cuestiones:
La primera y fundamental, ¿tiene capacidad esta sociedad para crear trabajos de nuevo tipo y en cantidad suficiente como para suplir a aquellos que las máquinas realizan ahora?
Segunda cuestión: la comodidad en el trabajo suele ir acompañada de una mayor rentabilidad. Cuanto más cómodo es el trabajo, mayor intervención tiene la máquina en ese proceso pero a costa de necesitar menos mano de obra, aunque aquí haya que advertir algo evidente también; existen trabajos que solamente pueden ser realizados por máquinas, de manera que no quiero referirme obviamente a estos casos, sino a aquellos en los que la máquina suple a la mano de obra, procurando además un tipo de trabajo más liviano.
Tercera cuestión. ¿Cómo mantener o una sociedad mayoritariamente ociosa o en paro? Si antes en cualquier gran obra era necesaria la intervención de cientos de trabajadores a base de darle al pico y a la pala, si en cualquier recolección intervenían decenas de vendimiadores, segadores, podadores…y hoy todo eso lo hacen tres o cuatro máquinas el problema es cómo y dónde tener preparado otra alternativa laboral a los que se han quedado parados
¿Tiene la sociedad preparados esos puestos de trabajo? ¿Tendremos la suficiente capacidad de creación para inventar nuevos sectores de producción en los que hombre y máquina no sean rivales sino colaboradores?
Porque hace unos años se pensaba que la cultura del bienestar consistiría en que las máquinas sustituyeran en gran parte las labores realizadas hasta entonces por el hombre para que éste descansara…y ya vemos lo que está sucediendo. Lo deseable es que esta sociedad fuera capaz de hacer frente a otra revolución como antes fue la industrial y hoy es la comercial y de servicios. Esta es en el fondo la asignatura pendiente más importante que nos queda por aprobar. Porque renunciar al progreso y a la máquina sería un atraso, sin embargo renunciar al hombre por las máquinas supondría, está siendo de hecho, un paulatino suicidio…para la misma humanidad.
Pero la mentalidad empresarial actual no tiene en cuenta para nada esta dialéctica mantenida. Para el capitalismo el beneficio económico es lo único que cuenta y las máquinas se han convertido en un aliado perfecto pues todo lo saben hacer ya y sin protestar ni pedir aumentos de salarios. Por eso las máquinas sumisas ellas, nunca se han manifestado el 1º de mayo.