No estamos en guerra ni en pandemia y el goteo de mujeres asesinadas a manos de alguno de sus varones próximos sigue siendo incesante. No nos engañemos, no hacemos lo suficiente para evitarlo. Acaba de aparecer el libro Tu argumentario feminista en datos, de Julia Salander, en ed. Montena, que comprende 150 razones para combatir el machismo. No es probable coincidir con la valoración que hace la autora de los 150 argumentos, pero es irrebatible su afirmación de que el dato mata el relato y de que el relato sin datos es mera propaganda.
Salander es politóloga, especialista en el tratamiento de datos, y ha consultado las fuentes oficiales de los ministerios involucrados (Igualdad, Inclusión-Seguridad Social-Migraciones, Juventud e Infancia, así como la UNICEF, y la Macroencuesta que el CIS realiza sobre el tema cada cuatro años, entre otras fuentes. No es mi propósito repetir lo que el libro aporta de forma magistral, pero me voy a permitir extraer algunos datos aproximados para conocimiento del lector.
En los últimos años suele haber 80 asesinatos machistas anuales (más de la mitad en el ámbito de la pareja o expareja y el resto en otros ámbitos); en el 75% de los casos no hubo denuncias previas; hace unos 4 años, las llamadas al 016 fueron en torno a las 64.000 y se han ido incrementado; solo el 0, 00001% de las denuncias por violencia machista son falsas; 3 de 4 asesinatos machistas son en festivos o fines de semana, cuando los maltratadores pasan más tiempo en la casa; el 69% de los asesinos machistas son españoles; el 16% de los asesinos machistas se suicidan tras el crimen; 200 millones de mujeres y niñas han sufrido la mutilación genital; la violencia machista entre menores creció un 29% últimamente; casi 80.000 casos activos de violencia machista coexisten en España; del orden de 12 millones de mujeres españolas han sufrido agresiones machistas de distinta cualidad; el 83% de las mujeres siente miedo al volver a casa de noche; el 77% de los acosadores callejeros van en grupo; el 80% de las chicas jóvenes ha sufrido acoso en las redes; 6 de cada 10 niñas hablan con desconocidos por internet.
No se puede negar el empeño del gobierno por crear los medios que eviten tal situación, sobre todo que las mujeres en peligro tengan ayuda fácil y asequible, pero la realidad muestra que falta algo más. Se dice que el maltratador no se siente rechazado por la sociedad, y que se trata de varones normales que no son víctimas de arrebatos, sino que van cociendo su conducta agresiva a fuego lento. ¿Qué hace esta sociedad a la que no tienen miedo? Dejar que se nieguen los datos, se tergiversen y se acuerden decisiones políticas de ultraderecha. Convocar unos minutos de silencio a la puerta del Ayuntamiento tanto cuando la víctima es una mujer, o lo mismo si el crimen se produjo en presencia de los hijos, o si también los hijos fueron víctimas. Convocatorias de pocos asistentes Somos una sociedad de sentimientos muy pobres.
Alguien me ha sugerido que al comenzar una conferencia una clase, una verbena, la misa del domingo, se haga una breve alusión a aquellas mujeres que no podrán asistir al evento.
