Era Jesús un volcán, como persona y como pintor. Nacido en una familia de gran carisma y raigambre en Argamasilla: por su hidalguía y buen hacer, no sé qué número hacía de los siete hijos que alborotaron la casa del matrimonio Millán-Cueva. Aunque puedo certificar que su vocación era la pintura y que sufrió y se volcó por ir sumando obra sin descanso. (Hace poco he tenido la ocasión de contemplar algunos de sus cuadros, muy bien instalados por temas y colores, en Carmen, Carmen, un restaurante de Ciudad Real, situado en la calle Toledo).
Su biografía suma unas setenta exposiciones y galardones importantes. Cuenta con obra fuera de nuestras fronteras: Nicaragua, Alemania, Francia, Portugal, Venezuela… Desde 1977 ha sido participante, como decimos, en innumerables exposiciones individuales y colectivas.
Nacido en Argamasilla de Alba en 1952, estudia en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid, Escuela de Delineantes y superior de Bellas Artes de San Fernando. Comenzó su andadura en Madrid, junto a otros pintores, en lo que Jesús Millán denominaba “Arte Vivo”; grupo en el que empieza a mostrar su obra.
Más tarde impartiría clases en varios centros educativos de Andalucía, diseñando, asimismo, los figurines del ballet Blancanieves de la Escuela Municipal de Danza de Los Barrios (Cádiz). En esta última localidad promueve en 1990 el I Encuentro de Escultores y Pintores del Campo de Gibraltar, participando en todas las actividades y exposiciones y, dando lugar, a la creación de un Museo que diera cabida a obras de artistas de aquella provincia.
En el mismo año y posteriores es componente de varios jurados de pintura en Andalucía. También en Andalucía dictó varias conferencias sobre Pablo Picasso y Mondigliani. Pertenecía a la Asociación de Pintores y Escultores de Madrid y a la Asociación de Pintores y Escultores de La Línea de la Concepción; grupos en los que participó en actividades promovidas por dichos colectivos.
Tristeza y desencanto
Desde su vuelta a Argamasilla de Alba imparte clases de pintura y dibujo en la Casa de Cultura. Pero Jesús era más de lo que mostraba con sus perennes bromas, espontaneidad y alegría: amalgama a veces de tristeza y desencanto. Generoso e impaciente se esforzó, además de dar clases, en realizar actividades importantes en su pueblo natal, entre otras, restaurar algunos cuadros de la pinacoteca municipal. También regaló una pintura de grandes dimensiones al municipio; que actualmente está instalada en la escalera que conduce a la Biblioteca “Cervantes”; cuadro que es una expresión personal y muy buena, bajo mi punto de vista, de un pueblo manchego. Por los mismos años, por encargo del Ayuntamiento, realiza, entre otros, el diseño del cartel que dio a conocer la inauguración de la obra de rehabilitación de la Casa de Medrano. 24 de Abril 1994.
También, expondría en diferentes pueblos de nuestra Región, algunas veces acompañándolo nosotros: mi marido y la que escribe; concretamente en la primera exposición realizada Valdepeñas: después haría otras. Muestra propiciada por un argamasillero de excepción, el extraordinario enólogo Jesús Lucendo Alonso y su familia. Y fue una jornada realmente agradable con el que compartimos comida, recuerdos de colegio, y buenos deseos para Jesús y su futuro como pintor. Creo, pero no lo sé cierto, que en aquella ocasión escribí en el folleto de la propaganda sobre su obra: muy personal y colorista; fundamentalmente dedicada a la figura femenina. Igualmente acudimos al Museo Elisa Cendrero de Ciudad Real a la exposición que dedicó, tras su fallecimiento, a un amigo común, excelente poeta, director del Grupo Literario Guadiana y de la revista Manxa, paisano ilustre también, Vicente Cano.
Para aquella ocasión escribí: «Acercarse, ahora, a la tonalidad vivísima y personal de Jesús Millán, será hacerlo también a la poesía llena de belleza y lirismo que sustentaba Vicente Cano. Unir y reunir ambas cosas es precisión y deseo que el pintor tiene, certificándolo con su obra en las cuatro esquinas de la venturosa amistad y recuerdo que los dos tenían. No en vano, entre otros trabajos, Vicente eligió a Jesús o, Jesús eligió a Vicente, para ilustrar la portada de la Antología Poética de nuestro paisano, editada por el Ayuntamiento de Argamasilla de Alba, poco antes de fallecer el poeta.
Entrar en la disposición inmaterial, inmortal, artística de ambos, será amalgamar algo de lo que tan cercanamente y, afortunadamente, participamos con ellos […], y así sostendremos ilusionadamente lo perdurable de los sueños, nos acercaremos a lo mágico, purificaremos el espíritu, expresaremos el color de las flores, las tardes soleadas y rojas, el perfume que resplandece en los tonos que configuran la muestra del pintor argamasillero, arropada excepcionalmente, exclusivamente, por Vicente Cano».
Generosidad y alegría
No puedo olvidar que, con mi hijo: entonces estudiante en Ciudad Real, compartió casa; pues Lorenzo vivió con Jesús, por deseo del pintor, un curso. Innumerables fueron las anécdotas de aquel año protagonizadas por los dos. Pero siempre destacaré la constante preocupación que tenía con su joven inquilino y su generosidad y alegría.
Hablamos de un pintor con alma de poeta, libre y sin ataduras. Un pintor lleno de ideas novedosas y personales; nuevas respecto a la forma de entender el color y la pintura. Afición que le venía desde niño a través de su abuelo materno, Rafael Cueva Valverde, médico de profesión, el cual compaginaba sus actividades artísticas: pintura, música y composición, con la medicina. Asimismo sus tíos maternos, Rafael y Luis, también mantuvieron la pintura como primera instancia de su afición artística.
Me agrada tener obra suya: comprada y una regalada; ésta última es un dibujo hecho a tinta china con espátula que figura en la portada de un libro mío de poesía, editado por Torremozas hace ya tiempo. Dicho dibujo causó sensación en la editorial y me llamaron para preguntarme por el autor de la misma.
Dedicado a los Reyes Magos
Otra gran obra suya fue un tríptico dedicado a los Reyes Magos. Pintado sobre tabla, de grandes dimensiones, en colores bermellones, muestra la Adoración de los Reyes Magos al Niño Jesús. Cuadro que quiso regalárselo a la parroquia de nuestra localidad. Pero al no ser posible por diferentes causas, lo regaló a la residencia de la tercera edad San Francisco, regentada por las franciscanas en Herencia.
En los últimos tiempos estaba volcado en donar al Ayuntamiento anualmente diez obras. Creo lo hizo en tres ocasiones; pero ya la enfermedad coronaria que padecía le impidió completar las entregas. Respecto a esta obra, en el salón de actos de la Casa de Medrano, han estado colgadas los diez primeros cuadros hasta hace un año aproximadamente que, por necesidades de la sala, se han expuesto una serie de fotografías.
No lo hicimos
Su partida hacia las regiones del misterio me conmocionó; porque la última vez que lo había visto me narró sus problemas con el corazón y todo lo relativo a su enfermedad. Pero a pesar de mis consejos sobre que se cuidara, con su proverbial espontaneidad, me dijo: “¡Anda ya, calla y vamos a bebernos unas cervezas, brindaremos y punto final!”… No lo hicimos por problemas familiares míos. Ahora, cada vez que miro algunos de sus cuadros, siento la nostalgia de no haber aceptado su invitación; porque ya no lo volví a ver. Aunque siempre tendré su recuerdo en cuadros optimistas, llenos de vida; que me traerán los brindis que solía hacer cuando nos reuníamos.