Desde las conmemoraciones de la Semana Santa, que comienzan a desfilar por las viejas calles de Ciudad Real, el orden de la etiqueta o sea el lugar que les correspondía a cada una de las hermandades para el orden procesional de desfilar, fue motivo a través de los tiempos de controversia y generadora de conflictos.
Es muy interesante y curiosa la sentencia que encontramos en unos documentos antiguos, que define cual era el lugar preeminente en las procesiones y cual decía ser la más antigua y de mayor prestigio allá por el año de 1602.
Fundadas en siglos pasados las hermandades o cofradías por su correspondiente gremio, la de “texedores” que era la titulada del Avemaría. Que hacía su salida de la iglesia de la Merced el Viernes Santo. Así pues, para guardar el orden en aquella procesión, el documento precisaba lo siguiente:
“La cofradía de N. S. de la Asunción que llaman de los texedores, tras haber probado su intención y demanda bien y cumplidamente según y como provocar le convino, y así respectivamente los demás lugares de insignias, cruces, estandartes y pendones, declaro la dicha cofradía de texedores, estar de siempre inmemorial a esta parte en posesión de llevar lugar más eminente con su estandarte que las demás cofradías de esta ciudad, que es delante y más cerca de la cruz Mayor de Santa María, que guía las demás cruces de las parroquias y otra ninguna haber adquirido posesión de haber ido detrás del estandarte de dicha cofradía de texedores con insignias en las procesiones generales excepto la cruz de la Charidad que de tiempo inmemorial va detrás y delante de la cruz mayor de San Pedro y excepto el estandarte del SS.º Sacramento de Santa María que solamente tiene posesión de salir en la procesión del Jueves de la fiesta del Corpus solo hasta la Puerta del Perdón de la dicha iglesia de San Pedro.= Iten declaro, la cera de la dicha cofradía del SS.º Sacramento, estar en posesión de ir cerca de las andas del SS.º Sacramento de dicho día y fiesta del Corpus y el piostre a de llevar su cetro delante de las andas sin impedir los turiferarios= Iten declaro que la dicha cofradía de las ánimas, no tener posesión ni lugar en la procesiones generales y reservo en mí, darsele teniendo estandarte por lo cual debo amparar y amparo al dicho Prioste y cofradía de los texedores en la dicha procesión y mando que ninguna persona les perturbe en ella sopena de excomunión y ordeno a las dichas cofradías del SS.º Sacramento y ánimas de Santa María y a los demás a que ninguno dellos en las dichas procesiones se ponga detrás de su Estandarte con insignia alguna… excepto con su Chisto y el estandarte del SS.º Sacramento de Santa María como arriba es declarado y con los sinodales de este Arzobispado mando a los piostres y cofrades de las dichas cofradías que de aquí en adelante lleven otra insignia alguna y solamente el estandarte… El Cardenal Arzobispo de Toledo en primero de julio del año mil y seiscientos y dos y en los entierros en donde fueren las otras dos parroquias, las dichas cofradías lleven Cristos delante de la cruz mayor de Santa María guardando su antigüedad por el orden dicho.= dio y pronunció esta sentencia el Sor Vicario de Ciudad Real en doce días del mes de Agosto de mil seiscientos tres siendo testigos Alonso Álvarez Notario y Sebastián Nieto vecinos de esta ciudad ante mi Juan garcía Altamirano notario». (sic)
El texto anterior es recopilación de un interesante artículo anónimo, aparecido en el viejo periódico Heraldo de la Mancha de Ciudad Real, del 7 de abril de 1909.
En efecto, al referirnos a la Semana Santa ciudadrealeña de antaño, sabemos de la importancia, de cruces y estandartes y su problemática en orden a las parroquias, que llegado el momento de situarse en las filas de la procesiones se organizaban verdaderos tumultos entre las hermandades en su lucha por acreditar su antigüedad.
En las postrimerías del siglo XVIII, también el pendón de la Santa Espina, acreditada como la más antigua cofradía de Ciudad Real, y según tradición, la espina fue regalada por D. Sancho el Bravo a la parroquia de Santiago, pero era de tales dimensiones el dicho pendón “ que el palo era medio cuartón; de modo que era enormemente fatigoso llevarlo procesionalmente y más si corría el viento, sólo podían portarlo hombres fuertes y esforzados como el “tío Mangas verdes y el tío Calcetas”, ya que la tela a mas de medir muchas varas, era muy pesada. Así podemos observar, como el afán de sobresalir de las demás cofradías, como en este caso de la Santa Espina, hacia su recorrido procesional este descomunal estandarte, que evidentemente se hizo famoso, hasta que hubo de suprimirse su salida, porque el personaje que lo portaba iba borracho, se le cayó y hubo penitentes heridos.
Otra cuestión digna de destacar, es que unos 70 años antes del documento de más arriba, “en la Ciudad de Ciudad Real se juntaron a Cabildo a son de campana tañida (campana en la torre de San Pedro) don Joseph Díaz Jurado, Abad mayor y cura propio de la Parroquia de San Pedro; Juan de Macaia y Estrada, cura propio de la parroquia del Sr Santiago; y Pedro Vargas de Avila, cura propio de la parroquia de Santa María y los respectivos beneficiados, y dicho Abad propuso que considerando que por la esterilidad de los campos había esta ciudad venido a la ruina de sus casas quedando muchas sin que las habiten y otras caídas… y proponía el Cabildo, que señalaran y determinasen las calles mejores y de mayor decoro y decencia para utilizar para el recorrido de las procesiones…
Pero tras más de seis siglos después, La Asociación de Cofradías de Semana Santa de Ciudad Real comunica la decisión de suspender todos los actos y desfiles procesionales de la Semana Santa del presente año 2020, a causa del gravísimo COVID-19. No será la primera vez de una interrupción de tal envergadura. Recordemos la Guerra Civil, y mucho antes en el tiempo, varios episodios del cólera morbo o la peste negra que sufrió la ciudad. No obstante, no disfrutaremos desde luego, de la festividad cristiana de Semana Santa, pero esperemos que el año próximo sea pues un mal recuerdo para Ciudad Real.
Un recuerdo piadoso para los ciudadrealeños desaparecidos a causa del maldito coronavirus.